Con una contundente mayoría las iniciativas se convierten automáticamente en ley. Crónica de una derrota anunciada. Las críticas al Gobierno y los comentarios sobre la relación de José Luis Espert con “Fred” Machado. Un Senado hostil que anticipa nuevas derrotas.
Javier Milei no tiene quien los proteja en el Congreso. Ni el espaldarazo de Donald Trump, ni la promesa de abrir la billetera después de octubre pudieron evitar el golpe final del Senado. Fue una derrota anunciada, y el Gobierno nada pudo hacer para evitar que el Congreso le volteara, una vez más, dos vetos presidenciales. La emergencia pediátrica en el Hospital Garrahan y la ley de financiamiento universitario se convirtieron en ley y, ahora, el Gobierno tendrá que promulgarlas.
“Este Gobierno está sin rumbo, está perdido”. Con esta frase, demoledora, un importante senador del peronismo preparó el terreno para lo que todos sabían que vendría después: la derrota contundente, devastadora, del intento de Milei de vetar la declaración de emergencia en el Hospital Garrahan y de la actualización presupuestaria de las universidades nacionales.
Con 59 votos a favor, 7 en contra y 3 abstenciones, el Senado terminó de voltear el veto a la ley que establece una recomposición salarial para los trabajadores del Hospital Garrahan y de todos los residentes, así como el financiamiento del hospital. Solo votaron en contra los libertarios y la soldada bullrichista, Carmen Álvarez Rivero. El PRO, mientras tanto, optó por abstenerse: hubo dos senadores –Martín Goerling y María Victoria Huala– que habían votado a favor de la ley en agosto y que esta vez, en cambio, prefirieron abstenerse.
La ley que apunta a garantizar el financiamiento de las universidades nacionales, mientras tanto, fue sancionada con 58 votos a favor, 7 en contra y 4 abstenciones. La radical Carolina Losada, que había sido duramente cuestionada por votar en contra de la ley en agosto, esta vez optó por abstenerse.
Tampoco hubo grandes defensas a la decisión del Ejecutivo de vetar las leyes. Solo el jefe de bancada libertaria, Ezequiel Atauche, y la soldada bullrichista, Carmen Álvarez Rivero. “Utilizan la salud de los niños como bandera electoral, como ataque al Gobierno. Utilizar a los niños para hacer política para hacer política debería darles vergüenza”, se quejó Atauche, que más que defender los vetos optó por disparar contra el kirchnerismo.
El senador libertario acusó, incluso, al kirchnerismo de impulsar un “golpe” contra el Gobierno. Le respondió el riojano peronista Fernando Rejal: “Pero si ahí está la vice presidenta”, gritó, fuera del micrófono, señalando a Victoria Villarruel. Se reía: los peronistas serían los únicos que aplaudirían el discurso de Atauche al final.
El resto de los discursos, en cambio, fueron todos dardos contra el Gobierno. Hasta los radicales que jugaron como aliados del oficialismo hasta hace dos meses, como Eduardo Vischi, cuestionaron la decisión de Milei. “Es el récord de la insensibilidad de un gobierno que prioriza las matemáticas y no sabe como hacer para que cierren las cuentas cuidando a los sectores más vulnerables”, disparó el jefe de la bancada radical.
La mayoría aprovechó para referirse al tema que estaba en boca de todos: el vínculo de José Luis Espert con el empresario investigado por narcotráfico, “Fred” Machado“. ”Dicen que no hay plata. Yo voy a decir: un médico residente, no un becario como dice el jefe de gabinete, gana alrededor de 800 dólares. Un Fred Machado paga 20 años de un residente“, ironizó Martín Lousteau.
José Mayans, por otro lado, optó por apuntar contra Karina Milei, a quien llamó “la más corrupta de la historia argentina”. “El programa económico del presidente ya fracasó. ¿Cómo termina esto? Más de 16 mil empresas cerradas. Más de 200 mil puestos de trabajo perdidos. Todo es caída. Caída en el consumo, caída en la producción industrial. El programa económico es un verdadero desastre”, agregó el jefe de bancada peronista.
Pese a la debilidad del oficialismo, la oposición rumiaba una incógnita: ¿suspendería la aplicación de las leyes Milei como había hecho con la emergencia en discapacidad? “No hacerlo en tiempo de elecciones sería un desastre, ya les entró la bala de Discapacidad”, razonaba un senador radical. La oposición más dura, sin embargo, es más escéptica: están convencidos de que el presidente volverá a desoír al Congreso.
Por este motivo es que, luego de la votación, el Senado buscará enviarle una advertencia a Guillermo Francos. El objetivo es aprobar un proyecto de declaración contra el jefe de Gabinete para obligarlo a que cumpla con la emergencia en discapacidad. Es el paso previo a una moción de censura, pero que apunta al mismo fin: presionar al Ejecutivo para que cumpla con las leyes que sanciona con el Congreso.
No por anunciada la derrota fue menos aplastante. El problema no era solo la vulnerabilidad expuesta del Gobierno en el Senado, en donde Victoria Villarruel tiene mejor vínculo con los senadores peronistas que con los propios de LLA. El problema era que esa vulnerabilidad no tenía fecha de vencimiento en la brevedad: a diferencia de la Cámara de Diputados, en donde el Gobierno aspira a sumar aliados en las filas de Provincias Unidas, el Senado continuará siendo un terreno hostil para Milei.
La mayoría de las encuestas coinciden en un punto: incluso en los escenario más optimistas para el Gobierno, LLA no contará con un tercio vetador en el Senado a partir de diciembre. Podrá acercarse y tejer acuerdos con algunos de los ex aliados radicales a los que ofendió, luego de dejarlos afuera de las listas electorales. Pero serán acuerdos que dependerán de alianzas transitorias, sujetas a la imagen de Milei y la sostenibilidad del Gobierno. Alianzas que, como se comprobó en el último par de meses, ya no serán automáticas. Ni gratuitas.
Mayans, quien se hizo con el control del Senado hace ya un tiempo, es el primero que lo anticipa. Está convencido de que al Gobierno le irá mal en las elecciones y que, pese a que algunos gobernadores querrán volver a congraciarse con Milei, el Senado continuará siendo tierra de la oposición. Imagina un futuro turbulento, no solo a partir de diciembre, sino que antes.
El jefe de bancada del peronismo tiene un objetivo antes de las elecciones del 26 de octubre: darle media sanción a un proyecto que impide la privatización de Nucleoeléctrica. Habilitado por la Ley Bases, el Gobierno avanzó en un proceso de privatización del 44% de las acciones de la empresa que controla las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse. Mayans pretende impedir la venta del paquete accionario y está juntando votos entre muchos de los senadores que votaron, hace más de un año, la Ley Bases.
Intentó avanzar en la sesión del jueves, pero no consiguió los dos tercios para tratarlo sobre tablas. Volverá a intentarlo en una próxima sesión, y ya cuenta con el respaldo de gran parte del radicalismo. Será el colmo de las derrotas para el Gobierno, que ya vio como le volteaban sus vetos y le rechazaban algunos de sus decretos. Nunca antes, sin embargo, el Congreso le volteó una privatización. Será la primera.
MC
....
Si quieres seguir leyendo la nota original pincha AQUI