
Mónica Gracia (Barcelona, 54 años) deja su puesto al frente del Sindicato Unificado de Policía (SUP) tras 12 años y tres mandatos refrendados con más del 80% de los votos de sus aproximadamente 30.000 policías afiliados. Llegó al cargo en junio de 2013, con 42 años y convirtiéndose en la primera mujer en dirigir un sindicato policial en España. Acababa de ser madre de una niña a la que le salieron los dientes por los pasillos de la sede de la histórica agrupación en Carabanchel. Y heredaba la grave crisis interna generada en el sindicato por sus predecesores. Ahora se va, cuando estos días se celebra el XIII congreso nacional del SUP en Toledo, y hace balance sin pelos en la lengua. Se va porque los estatutos lo establecen y porque está cansada y tiene una batalla más importante que librar contra el cáncer. Reconoce que en todo este tiempo no ha sabido conciliar: “Ha sido mi marido quien ha asumido los cuidados”. Pero se enorgullece de dejar un sindicato unido, pese a que el contexto político no les haya acompañado: “El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, solo me ha dado audiencia una vez en seis años que lleva en el ministerio”.






