
Con la bajada de las temperaturas, muchos hogares buscan alternativas prácticas para dormir calientes sin necesidad de encender la calefacción toda la noche. En este contexto, los pequeños dispositivos eléctricos diseñados para aportar calor localizado han ido ganando terreno. La demanda de dispositivos sencillos, seguros y económicos ha crecido impulsada por la necesidad de evitar el uso continuo de la calefacción tradicional. Por ello, los complementos térmicos ligeros y de uso doméstico han conseguido protagonismo como aliados para mejorar la calidad del sueño en los días de más frío. Su facilidad de instalación, su portabilidad y su bajo mantenimiento los han convertido en una opción cada vez más popular entre los usuarios.





