
Para muchos, las bajas temperaturas otoñales son el pistoletazo de salida a una tradición tan antigua como compartida: poner a punto la chimenea para ahorrar en la factura de la luz —en detrimento de aparatos como los radiadores eléctricos— y quedarse absortos mirando el crepitar de las llamas. Sin embargo, no siempre es tan fácil iniciar el fuego: ya sea por poca pericia, porque las condiciones en las que nos encontramos no son las más pericias o por una conjunción de las dos anteriores. Para solventarlo, se puede recurrir a las clásicas pastillas encendedoras como recurso rápido. Aunque hay otra solución más ecológica, barata e inodora que, seguramente, muchos lectores desconozcan: nos referimos al lote de encendedores naturales para la chimenea que está arrasando en Amazon.






