
“Tenía que ser el David”. Antes de que comenzaran a circular imágenes del joven de la localidad castellonense de Onda (25.000 habitantes) como presunto líder de una célula terrorista del supremacismo blanco más radical, quienes conocían a David Dionis, de 24 años, se les vino a la cabeza su nombre. “Eran sus fantasmadas de crío, siempre ha sido un flipado de las armas, un facha, pero nadie pensaba que iba a llegar a tanto”, cuenta un vecino que coincidió con él cuando Dionis tenía 17 o 18 años y todavía conservaba una “pandillita” de amigos. Pero el joven, según relatan vecinos y conocidos, se había ido aislando. Lo describen como un chaval “nervioso”, que solía ir solo, con la capucha de la sudadera echada y sin que supieran exactamente en qué andaba metido. “Lo podías encontrar bebiendo cerveza en el aparcamiento del supermercado con otros, pero la gente no se le acercaba, porque era un bullas”.






