
El Partido Popular trató de capitalizar este domingo el malestar ciudadano con el Gobierno de coalición y el PSOE por los recientes escándalos de corrupción con una concentración en el centro de Madrid a la que acudieron decenas de miles de personas. Lejos de ofrecer una alternativa atractiva y realista que pudiera conectar con una hipotética mayoría deseosa de cambio político, el PP escenificó un supuesto estado de angustia generalizada en España con un discurso lleno de exageraciones que hace un flaco favor a sus credenciales como partido de gobierno.





