
El animal, liberado en octubre como parte del proyecto de reintroducción de la especie, fue asesinado presuntamente por cazadores furtivos. Su collar satelital, hallado en el río Bermejo, será clave para la investigación judicial.
Lo que comenzó como una historia de esperanza terminó en conmoción. Acaí, una hembra de yaguareté liberada el pasado 5 de octubre en el Parque Nacional El Impenetrable (Chaco), fue asesinada semanas después, presuntamente por cazadores furtivos. La noticia, confirmada por la Fundación Rewilding Argentina y la Administración de Parques Nacionales, representa un duro golpe para el proyecto de reintroducción del mayor felino americano en la región chaqueña, y un recordatorio del grave riesgo que enfrenta la especie en el país.
El yaguareté (Panthera onca) está declarado Monumento Natural Nacional y goza del máximo nivel de protección legal: su caza está prohibida y se castiga con multas millonarias y penas de prisión. Sin embargo, Acaí —de casi tres años— no escapó a la violencia de la caza furtiva. Su collar satelital, que registraba su ubicación cada hora y transmitía los datos cada cuatro, dejó de emitir señales el 25 de octubre. Tras un operativo terrestre y aéreo, el equipo de Rewilding localizó la señal del dispositivo sumergido en el río Bermejo, gracias a la frecuencia de radio VHF. Todo indica que la yaguareté fue cazada y que el collar fue arrojado al agua para ocultar el crimen.
Tras el hallazgo, la Administración de Parques Nacionales radicó una denuncia ante la justicia federal y la Fundación Rewilding Argentina se presentará como querellante para impulsar la causa. El caso se investiga bajo la carátula “N.N. s/ Infracción a la Ley Nacional de Fauna N° 22.421”, con intervención del fiscal general Carlos Martín Amad. Las autoridades judiciales dispusieron la toma de declaraciones a personal del parque y el trabajo de los bomberos para intentar recuperar el collar del fondo del río.
Desde Rewilding aclararon que el yaguareté no representa una amenaza para las personas. “No ataca si no es acosado y prefiere presas silvestres antes que ganado doméstico. En los pocos casos de conflicto, se puede prevenir mediante mejoras en el manejo del rodeo”, señalaron. En El Impenetrable, la fundación trabaja con las comunidades locales para implementar esas prácticas y acompañar los movimientos de los ejemplares reinsertados.
Acaí era la quinta yaguareté liberada en el marco del proyecto de reintroducción iniciado en 2019, cuando se halló al único ejemplar sobreviviente en toda la región: un macho llamado Qaramta. Desde entonces, la liberación de hembras permitió restablecer una población reproductiva en el Chaco Seco argentino y, en 2025, se registró el nacimiento del primer cachorro silvestre en más de tres décadas.
El crimen ocurre en un contexto de retroceso institucional en materia ambiental. Mientras el proyecto de reintroducción avanza gracias al trabajo conjunto entre el Estado nacional, el gobierno del Chaco y organizaciones conservacionistas, la falta de controles y el ajuste presupuestario en áreas de Ambiente y Parques Nacionales debilitan la capacidad de respuesta frente a la caza furtiva.
La Fundación Rewilding recordó que la caza de yaguaretés sigue siendo una práctica extendida en distintas zonas del país, motivada por prejuicios culturales, desconocimiento o como caza deportiva. Las poblaciones del noreste y noroeste argentino continúan disminuyendo, y se calcula que hoy quedan alrededor de 200 ejemplares en libertad. En ese contexto, el caso de Acaí resulta atípico porque el collar de monitoreo permitió conocer casi en tiempo real lo sucedido y activar rápidamente la investigación judicial.
“Esto demuestra la necesidad de reforzar el seguimiento de los individuos liberados. Si cada yaguareté tuviera un collar, podríamos reaccionar de inmediato ante una situación como esta y encontrar a los responsables”, señalaron desde Rewilding. Y añadieron: “Seguiremos trabajando por cada individuo liberado y por el futuro de la especie en el norte argentino”.
A pesar del dolor, las organizaciones reafirmaron su compromiso con la continuidad del proyecto. “La pérdida de Acaí no nos detiene, nos impulsa a redoblar los esfuerzos”, expresaron en un comunicado. Mientras la justicia intenta esclarecer el crimen, su historia se convirtió en un símbolo de la lucha por recuperar al gran felino del norte argentino y en una advertencia sobre la fragilidad de los logros en materia de conservación.
CRM
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