
El Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem) no está pasando por su mejor momento. No solo por la tensa situación que vive la Junta Directiva, bajo el mando de Manuel Martínez-Sellés, actualmente en un limbo legal tras haber superado el tiempo de interinidad en el que entraron cuando se canceló el acceso al puesto al presidente electo, Tomás Merina, el pasado diciembre en las urnas por presuntos problemas con su candidatura. También porque, según la última auditoría de las cuentas del colegio, que analiza la gestión durante 2024, las arcas de la institución han bajado considerablemente hasta cifras no vistas los últimos años: comenzaron el año 2024 con 4,2 millones de euros de fondo y este año lo han hecho con 66.718 euros. Y en 2023 habían entrado 8,9 millones en la caja.





