
Mario Draghi ha convertido el verbo en un elemento de alquimia económica. Si hace más de una década formuló una frase que empezaba con 14 palabras para alejar los fantasmas sobre Europa (Whatever it takes…), la semana pasada martilleó en Madrid con la siguiente: “La Unión está en una situación más complicada que hace un año y necesita invertir 1,3 billones y hacer las reformas imprescindibles para no quedarse atrás. Hay que ir más aprisa. Queda menos tiempo”.






