
“No estamos en guerra, pero tampoco en paz”. El general de cuatro estrellas Francisco Braco, jefe del Ejército del Aire y del Espacio, ha parafraseado al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, para explicar cómo afronta el futuro inmediato: buscando la mejora continua de sus capacidades para anticiparse a cualquier escenario. Uno los campos donde se libra la actual pugna por la hegemonía global, ha explicado este martes en un encuentro con periodistas el general Braco, es el del espacio, que se añadió en 2022 como coletilla al nombre tradicional del Ejército del Aire. Este dominio, que “hasta hace pocos era considerado como un bien común”, un ámbito de cooperación o como máximo de rivalidad entre potencias, se ha convertido en un potencial campo de batalla. “El espacio está armado. En la actualidad hay armas en el espacio y tenemos que hacer frente a esta situación”, ha advertido el jefe de la Fuerza Aérea. No consta la existencia de plataformas lanzadoras de misiles en el espacio exterior, ha explicado, pero sí existe la amenaza de satélites kamikaze y de sistemas capaces de producir perturbaciones electromagnéticas que inutilicen satélites de comunicaciones, geolocalización u observación del adversario.






