En medio de la creciente tensión entre el presidente Donald Trump y el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, por la presencia de las fuerzas federales en Chicago, un condado a las afueras de la ciudad se convirtió en el epicentro de una serie de protestas contra las redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Broadview, un pueblo ubicado a 11 millas [19 kilómetros] al oeste del centro de Chicago, es el lugar donde los manifestantes se reúnen para protestar contra el ICE. Tras albergar un centro de procesamiento coordinado por la agencia, los manifestantes se reunieron a las afueras para impedir el acceso a sus vehículos, lo que generó reacciones por parte de los agentes federales con gas lacrimógeno y balas de goma.
El condado se convirtió en el epicentro de una disputa migratoria, marcada por el sobrevuelo de helicópteros y el tráfico intenso en las principales vías, según informó NBC News. Ante esta situación, la alcaldesa Katrina Thompson implementó una serie de medidas ejecutivas, entre ellas el cese de acciones hostiles de los oficiales contra los manifestantes y la restricción de las protestas a un horario de 9 a 18 horas.
“Broadview no eligió tener las instalaciones del ICE en nuestra comunidad. Pero están aquí, al igual que los residentes. Hay demasiados manifestantes que abusan de su derecho a protestar. Demasiados están alzando los puños en lugar de sus voces, creando caos a expensas de las personas que consideran el condado, su hogar”, sostuvo la alcaldesa en un comunicado oficial.
Los altercados en el pueblo de 8000 habitantes comenzaron a principios de septiembre, cuando el Departamento de Seguridad anunció el lanzamiento el “Operación Midway Blitz”, un programa de redadas contra los “peores inmigrante ilegal delincuentes de Chicago”.
Esta operación se lanzó en honor a Katie Abraham, una joven de 20 años que perdió la vida en enero de 2025 tras ser embestida por detrás por un vehículo que, según las autoridades, conducía Julio Cucul-Bol, un inmigrante guatemalteco.
“El presidente Trump y la secretaria Noem tienen un mensaje claro: ninguna ciudad es un refugio seguro para inmigrante ilegal delincuente. Si viene a nuestro país ilegalmente y viola nuestras leyes, lo perseguiremos, lo arrestaremos, lo deportaremos y nunca regresará”, sostuvo la secretaria del DHS, Tricia McLaughlin, en un comunicado.
Días después de anunciar del inicio del operativo [que derivó en más de 1000 detenidos hasta la fecha], más de 100 manifestantes salieron a las calles con cantos y gritos al unísono, según consignó The Washington Post.
En un momento, agentes federales ordenaron a la multitud que se dispersara y amenazaron con usar agentes químicos si no lo hacían. Unos 30 minutos después, lanzaron gas lacrimógeno y gas pimienta. Este hecho incrementó las protestas.