El peronismo palpita una victoria y empieza a fantasear con 2027

elDiarioAREl Diario Ar26/10/20255 Views

En el panperonismo predomina la sensación de que el gobierno de Milei está acabado. La pelea comunicacional por el resultado del domingo y las expectativas de Fuerza Patria en todo el país. La centralidad de Kicillof y la disputa interna del día después.

Las claves de la elección: Milei va a un plebiscito en medio de una crisis múltiple y desafiado por el PJ y los gobernadores

“El experimento libertario fracasó”, anuncia Cristina Fernández de Kirchner en su último mensaje pre veda electoral y, por primera vez, no hay tribu peronista que le lleve la contraria. En el panperonismo predomina la sensación de que el gobierno libertario está acabado y que la elección del domingo será el principio del fin de Javier Milei. Están preparados para la batalla comunicacional –el Presidente dirá que ganó y Fuerza Patria buscará instalar que en realidad ganó el peronismo–, pero la atención está puesta ahora en el día después. En la escenificación de la victoria, la foto de unidad y la carrera para 2027.

Un dirigente bonaerense, mientras supervisa la organización de la fiscalización, lo sintetiza con estas palabras: “Hoy la foto es que Milei no reelige. Que sobrevive al domingo, pierde en 2027 y gana la principal fuerza opositora. La pelea, ahora, es por la franquicia”. Una reflexión que, hace un año, con Milei disfrutando las mieles de la aprobación popular y el peronismo todavía rumiando el fracaso del Frente de Todos, parecía imposible. El PJ nacional espera un buen resultado el domingo, y eso lo hace fantasear con 2027. 

Es un optimismo cauteloso, casi coreografiado. En Provincia de Buenos Aires, donde creen que tienen una victoria asegurada, hablan más de batalla comunicacional que de números. No esperan grandes sorpresas. Los más optimistas, los kicillofistas, esperan que la boleta que encabeza Jorge Taiana le saque al menos unos 9 puntos de diferencia a la de Diego Santilli. Los más moderados, los massistas, imaginan que la diferencia será más cercana a los 5 puntos. El balance de una posible victoria, insisten, será más una cuestión interpretativa que aritmética.

“El domingo vamos a festejar nosotros y ellos. Es casi una decisión”, anticipa un funcionario de La Plata. En la mesa de campaña ya se imaginan los titulares del lunes. Por un lado, LLA festejando que sacó más votos a nivel nacional –un eventual triunfo que podría verse opacado por la decisión de la Cámara Nacional Electoral de dar a conocer los resultados por distrito– y sumó bancas en la Cámara de Diputados y el Senado. 

Axel Kicillof junto a Jorge Taiana, Verónica Magario, Juan Grabois y Jimena López

El peronismo, por el otro, se ven celebrando haber ganado en Buenos Aires. Un hito doble de concretarse ya que no solo es el distrito que representa el 40% del electorado nacional, además, sería la primera vez que el peronismo logra ganar una elección de medio término en la provincia en más de 20 años. Pero no solo eso: el peronismo espera ganar, a su vez, en casi la mitad de las distritos del país.

El mapa del panperonismo

Las encuestas circulan entre los despachos dirigenciales sin importar la veda electoral. Cada tribu tiene a sus preferidos. Nueva Comunicación, de Cesar Mansilla, en el kicillofismo. Inteligencia Analítica, que maneja Sebastián Galmarini, en el massismo. Y Analogías, en el cristinismo. Difieren entre sí, pero todas ofrecen un panorama similar –al que contribuyen las encuestas locales– a nivel nacional.

El peronismo espera ganar Buenos Aires, Catamarca, La Rioja, Tucumán, Formosa, La Pampa, Río Negro y Chubut. Son optimistas, además, del resultado en Santa Fe, en donde Milei hizo el cierre de campaña para apuntalar la candidatura de Agustín Pellegrini, quien compite, por estas horas, el primer lugar con la candidata de Fuerza Patria, Caren Tepp. Hay expectativas, por otro lado, de hacer buenas elecciones en Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chaco. 

En Córdoba, mientras tanto, se da un escenario particular que grafica la plasticidad interpretativa del resultado electoral. Especialmente para Cristina Fernández de Kirchner, quien es quien menos atención le está prestando a los porcentajes. 

Natalia de la Sota, candidata cordobesa

La ex presidenta tiene solo un número en la cabeza y es la cantidad de bancas que el peronismo podrá conseguir en el Congreso para frenar a Milei. Y es por ello que, en casos como Córdoba, La Cámpora termina sumando como propios a candidatos peronistas que compiten con los que llevan el sello de Fuerza Patria. Es el caso de Natalia de la Sota, quien se estima que hará una buena elección y que, pese a que el candidato del kirchnerismo es Pablo Carro, el peronismo pintará de color azul en el mapa del Congreso que está diseñando para el domingo. 

Hay provincias, como Salta o Entre Ríos, que el peronismo espera también hacer una buena elección, pero que choca contra su propia interna: son provincias en donde no se logró cerrar una lista de unidad y, por lo tanto, se espera que el voto peronista se divida y termine apuntalando, así, la lista de LLA. 

Búnker de unidad

La victoria ordena, y las tribus del panperonismo se huelen un triunfo. Por lo que, esta vez, habrá un búnker de unidad en La Plata para escenificar ese triunfo. Participarán Máximo Kirchner, Sergio Massa y Juan Grabois, que junto a los intendentes bonaerenses, buscarán sacarse la foto de familia junto a Axel Kicillof, el principal beneficiado de una eventual victoria. Así como el principal perjudicado si la diferencia con LLA llegara a derrumbarse en comparación a la victoria de las elecciones bonaerenses. 

Máximo Kirchner y Juan Grabois comparten una actividad en Lomas de Zamora

El desafío llegará, sin embargo, el día después de la elección. Cuando la pax armada llegue a su fin y el internismo furioso por la conducción del peronismo vuelva a reactivarse. Ninguna de las tribus se hace muchas ilusiones respecto al resultado del domingo: la mayoría de los y las dirigentes coincide en que una victoria, de efectuarse, será 100% responsabilidad de Milei. “Nosotros somos una comparsa a contramano. Nos salvó que la mejor campaña posible fuera no interrumpirlos a ellos mientras se equivocaban”, masculla un dirigente del cristinismo bonaerense. 

Una vez que se conozca el resultado electoral, para bien o para mal, empezará otra competencia. Inmediatamente. La carrera presidencial de cara a 2027. En el kicillofismo sacan pecho y anticipan: “El lunes va a haber un candidato a presidente. El lunes el peronismo ya resolvió su interna. Podrá haber tropezones y surgir, después otros candidatos. Pero si hay un triunfo el domingo, a partir del lunes la centralidad va a ser toda de Axel”. 

Axel Kicillof en el cierre de campaña

Ni siquiera en La Cámpora se animan a negarlo. Un triunfo en Buenos Aires significará un empoderamiento de Kicillof en la interna, por lo que el objetivo, de cara a los próximos dos años, será acumular poder. Todas las tribus, a su manera, se replegarán sobre sí mismas, se medirán y, cuando llegue 2027, pondrán sobre la mesa todos los debates pendientes: candidato presidencial, PASO sí o PASO no, gobernador bonaerense. 

Nadie habla de ruptura, sin embargo. Mucho menos tan cerca de una victoria. “Pero tampoco nadie le va a dejar servido en bandeja nada a ninguno”, agrega un referente del conurbano, irónico.

MCM/MG

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