
El caso de los cinco asesinatos rituales en Londres en 1888 cuyo autor nunca se descubrió ha tenido un eco espectacular desde entonces. Esta pieza de corta duración se suma a ello y nos lo vuelve a contar, hipotetiza un móvil y un posible autor, y apunta a su manipulación política. Aceptable texto montado de forma aceptable y aceptablemente interpretado. El autor, Ignacio García May, hace doblete en el Teatro Español, y junto a ‘Esencia’ en la sala grande (ver nuestra reseña), presenta ‘Jack el Destripador (Afectuosamente suyo)’ en el pequeño espacio habilitado en el conocido como salón de los balcones de la planta superior. Desde que en aquel otoño lejano ocurrieron los crímenes, escritores y periodistas han intentado explotar el suceso y averiguar quien fue el misterioso asesino nunca localizado. No pasa un año sin que aparezcan nuevas y cada vez más extravagantes teorías, junto a “revelaciones definitivas” que no son tal. Se ha dicho que fue el hijo de la reina Victoria, el médico de la Corte, el pintor Walter Sickert, que era una mujer, un barbero polaco, un marinero que hacía escala en Londres, incluso el compositor Michael Maybrick. Esencia teatral, apta para todas las mentes Y ahora García May se suma a la lista desde otro ángulo: ‘Personalmente siempre he sospechado que la pregunta era errónea: no se trata de quién fuera Jack sino de por qué durante aquel periodo tenebroso llegó a dar la impresión de que importaba más construir el mito de Jack que resolver los asesinatos en sí. Jack es el primer asesino mediático de la historia. Casi ciento cuarenta años después, nosotros sabemos mejor que nadie que el poder miente; que lo hace constante, sistemáticamente, y que los llamados medios de información no son más que una vil herramienta de propaganda. Mientras…
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