
Insertar a un escultor contemporáneo en el mismo corazón del Museo del Prado parece un tanto osado y criticable. Lo justifican porque el arte clásico le inspiró y fue un asiduo visitante de nuestro gran museo. Sería en todo caso una relación conceptual no muy deducible a simple vista en su manera de abordar la perspectiva, la composición y la puesta en escena con el arte y la arquitectura renacentista y barroca. Da para cavilar un rato. La exposición por un lado reúne en dos salas trabajos suyos muy variados, desde instalaciones a esculturas, dibujos y grabados, incluso parte de su nutrida biblioteca artística. Incluye algunas de sus piezas más celebradas, como ‘The Prompter’, ‘Conversation Piece’ o ‘The Nature of Visual Illusion’, tratando de proponer al visitante un contacto muy directo con figuras silenciosas que parecen observarle desde otra dimensión. Pero además, a ese conjunto de obras se añaden incursiones de gran audacia en la exposición permanente (sala 12/Velázquez y sala 28/Rubens), así como en espacios colaterales, la escalera sur próxima a la entrada de Murillo o la explanada de la puerta de Goya. Nacido en Madrid, donde siempre tuvo su estudio, Juan Muñoz (1953-2001) es indisociable de su ciudad y, en ella, del Museo del Prado, que visitó a lo largo de toda su vida y fue una fuente constante en su inspiración. Se pretende mostrar el vínculo entre un artista contemporáneo y la historia del arte, que Muñoz estudió con pasión desde muy joven de forma autodidacta. Sus constantes visitas al Prado le convirtieron en un admirador de los grandes maestros, cuyas lecciones mezclaba irreverentemente, hasta el punto de afirmar: ‘Puedo tomar de los artistas anteriores lo que quiera y lo que necesite… No tengo ningún problema en reconocer que la Dama de Baza es tan importante para…
The post Juan Muñoz y sus intrigantes muñecos appeared first on Periodista Digital.






