
En solo nueve meses, entre diciembre de 2024 y septiembre de 2025, han desaparecido 15.359 micro y pequeñas empresas en España. Y con ellas, 59.285 puestos de trabajo. Detrás de estas cifras frías hay miles de autónomos que han tenido que cerrar, pequeños negocios que no resisten más, familias enteras que pierden su fuente de ingresos y pueblos que se apagan porque su tejido empresarial se desangra. El segmento más castigado es el de las empresas con entre 3 y 9 trabajadores, donde la destrucción supera el 2 %. Ya no se trata solo del autónomo individual que no puede sostener su actividad: son pequeñas sociedades que estaban consolidadas y que hoy desaparecen por el aumento de costes, la presión fiscal, la subida de los tipos de interés y la falta de crédito. Cada una de esas empresas que cierra significa menos cotizaciones, menos empleo y menos futuro. Mientras el Gobierno presume de cifras de afiliación, la realidad es que nuestro tejido productivo se está erosionando por la base. La economía no se sostiene con grandes corporaciones, sino con cientos de miles de pymes y autónomos que generan riqueza real y empleo estable. Si ellas caen, cae todo el sistema. Urge una política económica que proteja de verdad a los que levantan la persiana cada día, que reduzca cargas, que facilite la financiación y que garantice que los autónomos puedan vivir de su trabajo. Porque sin microempresas ni autónomos, no hay país que aguante.
The post La agonía de autónomos y pymes appeared first on Periodista Digital.






