
Felices, las cuatro campeonas copan el podio ubicado a un costado de la cancha 2 de Palermo. Cansadas, pero orgullosas, levantan bien alta la copa. Se miran entre sí y sonríen. Pasó la tensión de un partido que empezó torcido para ellas y que enderezaron a tiempo. Quedó a un lado la emoción de tanto trabajo y tantas ilusiones alimentadas, compensadas, finalmente, por el trofeo más importante del circuito mundial femenino. Ya despojadas del peso y la responsabilidad, Mia Cambiaso, Millie Hine, Catalina Lavinia y Hope Arellano se largan a celebrar y disfrutan el momento. La Dolfina derrotó a UAE Polo por 9-4 y se adjudicó el 9° Abierto Argentino Femenino de polo.
El torneo, que completó La Hache, coronó al mejor equipo. De camiseta rosa, el cuadro de Cañuelas ganó los dos encuentros clasificatorios y la definición, que cruzó al primero con el segundo de la rueda regular. La Dolfina había vencido al propio UAE por 11-7 en el debut, y a continuación superó a La Hache por 11-10. Es un nuevo-viejo campeón. Nuevo porque cortó la serie de dos coronaciones de la organización de Emiratos Árabes Unidos y viejo porque fue el club de Adolfo Cambiaso fue el primer ganador del certamen, creado en 2017.
En el historial, La Dolfina es el máximo triunfador del Abierto Argentino de mujeres, con cinco primeros puestos (2017, 2018, 2021, 2022 y 2025). El resto de las disputas, cuatro, quedó en poder de UAE (2019, 2020, 2023 y 2024). Las argentinas Candelaria Fernández Araujo y Mia Cambiaso y la inglesa Millie Hine son las jugadoras más exitosas del certamen: cinco copas reúne cada una. También nacidas en suelo inglés, Hazel Jackson y Nina Clarkin suman cuatro; la estadounidense Hope Arellano, tres, y la oriunda de Capilla del Señor Cata Lavinia se consagró ahora por primera vez, pocos días antes de cumplir 20 años (el 21 de diciembre).
Gran espectáculo brindaron las ocho polistas. Fundamentalmente, por el empeño que pusieron en la cancha y porque todas tienen buenos caballos. Jugaron con determinación y pasión, características que sobresalen y que tapan, o permiten soslayar, desprolijidades en el taqueo o alguno que otro error conceptual, como salir del arco enganchando hacia el centro y no buscar la tabla. Ese entusiasmo, a veces, generó cierto desorden o pérdida de la paciencia en la presión, y propició faltas evitables. Le pasó mucho a UAE. Y le impidió, en momentos de dominio, acercarse al arco de La Dolfina en pos de descontar la distancia en el marcador. Una necesidad que debió afrontar desde el cuarto chukker.

Hubo un buen rendimiento del cuarteto ganador, con una notable labor de Lavinia, poco vistosa pero muy eficiente para marcar y generar espacios aprovechados por las corridas de Arellano y los vertiginosos pasos al ataque de Cambiaso. La estadounidense comenzó errática, pero con el transcurrir de los minutos, y gracias a buenas acciones individuales, fue tomando confianza y se transformó en una pesadilla para la defensa contraria. Estuvo bien Hine, actuando con solvencia en el fondo de la cancha. Y fueron determinantes las prestaciones de Cambiaso. Astuta para posicionarse, inteligente para detectar el lugar de la cancha donde más daño causaba al rival, atenta para pescar bochas y generar penales, y quirúrgica para definir, la hija del crack de Cañuelas redondeó una soberbia actuación y fue la máxima anotadora de su equipo, con cuatro goles, sin penales. Hazel Jackson se destacó en UAE y convirtió también en cuatro ocasiones.
Esta formación campeona no tendrá la posibilidad de revalidar el cetro en el 2026. La Asociación Argentina de Polo tomó la decisión de colocar restricciones al handicap y ya no habrá cuartetos de hasta 40 goles; el límite será de 30. Con esta medida se procura aumentar la cantidad de participantes. El circuito femenino ha crecido en el mundo y abundan las competencias que tienen buenas cantidades de equipos (ocho, diez, doce), pero llama la atención que en el Argentino haya apenas tres anotados.

Queda por preguntarse: ¿es la solución poner un tope a las valorizaciones? Muchos piensan que no, o que no al menos de modo definitivo. Como una medida de transición, en aras de despertar el entusiasmo perdido en las organizaciones, puede ser una decisión que ayude. El Abierto de Palermo se trata de la meca del polo, incluido el femenino, y da la posibilidad de jugar en la Catedral del deporte.
Las campeonas siguen de festejo. Sonríen, se sacan fotos, agradecen. Es un sábado de gloria para La Dolfina, el único club que participó en las nueve finales del Abierto. Es el máximo ganador. Y sigue haciendo historia. También entre las mujeres.






