
CÓRDOBA.- Un establecimiento que iba a convertirse en el mejor hotel de Embalse de Río Tercero (Valle de Calamuchita, a 110 kilómetros de la ciudad de Córdoba) quedó sin terminar en la década de los ’90. Nunca abrió y ahora la Justicia ordenó la subasta electrónica. Lo empezó a construir en 1974 la empresa Rodel, propiedad de Américo Baldi, abuelo materno de quien fuera intendente de la ciudad y es ahora legislador provincial, Federico Alessandri. En 2016 lo vende a Establecimientos Elios, que no lo pagó.
El Tribunal de Gestión Asociada (TGA) de Cobros Particulares (CP), Unidad de Procesos Complejos -ex Juzgado Civil y Comercial de 14° Nominación- de Córdoba ordenó la subasta electrónica del hotel. Desde este martes 2 de diciembre los interesados pueden hacer sus ofertas (https://subastas.justiciacordoba.gob.ar) hasta el 10 de este mes. La base con que sale a remate es de $81.842.884 y el martillero interviniente es Luis Alberto Savid.
“Pocho” Baldi era un empresario conocido de la zona, ya fallecido, que tenía una fábrica de comida termoenvasada y cuya marca llegó a publicitarse en los programas de Marcelo Tinelli. Decidió encarar el proyecto con financiamiento de la banca provincial. Hizo el primer avance de obra pero después no siguió.
Sus herederos -que continúan con la compañía gastronómica- venden la construcción hace casi una década.
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Savid explicó a LA NACION que el hotel sale a remate porque Establecimiento Elios nunca pagó la hipoteca, por eso es un juicio por ejecución hipotecaria.
Añadió que la subasta -que al ser online“amplía la base de participación”- empieza con la base imponible, los $81,8 millones. A partir de la segunda postura empieza a escalar el valor que llegaría a US$200 millones; a partir de la tercera es de $7,5 millones hasta llegar a los $600 millones y a partir de ahí las posturas son de $1,5 millones.
La iniciativa era ambiciosa: 45 departamentos, unas 30 cocheras, vestidores, pileta de natación olímpica y espacios para servicios varios. Está detrás de la terminal de ómnibus de Embalse y los vecinos aseguran que tiene “la mejor” vista de la ciudad.
En los ’80 prestaba la pileta olímpica para la práctica de natación a la Municipalidad, pero el hotel nunca se habilitó. Funcionó como escuela de verano durante muchos años. En los ’90 -recuerdan los vecinos- se colocaron las ventanas, pero ahí quedó.
Hay un cuidador que vive en el lugar, por lo que no hay intrusos. Tiene unos 5500 metros cuadrados cubiertos de construcción y una localización estratégica para turismo. En el subsuelo hay departamentos, en la planta baja el espacio para bar, restaurante y área de cocina y en el primero, segundo y tercer piso, departamentos.
Los vecinos de la ciudad se niegan a llamarle “hotel fantasma” porque sostienen que “la construcción está. Si los empresarios después mal gastaron el crédito es otra cosa”. La expectativa es que haya un comprador y lo revitalice para impulsar de esa manera también el turismo.
Marcos Duarte, exintendente de Embalse, recuerda ante este diario que cuando Baldi empezó las obras en ese momento hubo una promoción impositiva a cambio de inversiones. “Recuerdo que Tinelli les ofreció comprar, hubo charlas, pero no cerraron”, apunta.
El actual intendente, Mario Rivarola, plantea que “sería muy interesante para la ciudad que se retomara el desarrollo. Hay mucha ilusión de que abra. Hubo varios interesados en estos años, pero nunca cerraron”.
Agrega: “Estamos expectantes; es un lugar privilegiado. Necesitamos un hotel cinco estrellas; tenemos un campeonato mundial de natación al que viene gente de todo el mundo”.
En la ciudad también está la Unidad Turística Embalse (UTE) -un complejo de siete hoteles de las mismas características que los de Chapadmalal- la Municipalidad firmó un acuerdo con Nación para reabrir dos de los siete para realizar actividades deportivas, culturales y sociales.
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El convenio fue en septiembre con la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). Las dos unidades que reabrirán fueron las últimas que cerraron, en marzo pasado. Cuando reabrieron el verano pasado fueron ya sin tarifas subsidiadas por el Estado.

Esos hoteles se empezaron a construir hacia 1946 y se terminaron en 1951. Quien pensó y diseñó el complejo fue el exministro de Obras Públicas, Juan Pistarini. En sus mejores años, entre las décadas de 1950 y 1970, recibía a más de 2500 personas.
Rivarola cuenta que “siguen las conversaciones con Nación para ver qué pasa. Hay un grupo español interesado que quería usarlo para capacitar gente y, en temporada baja, llevarla a España. Necesitamos un salto de categoría”.




