
Cuando llegan los días grises y las aceras amanecen mojadas, el chubasquero y el paraguas se vuelven imprescindibles, pero es el calzado el que realmente marca la diferencia. Nada resulta más incómodo que salir de casa con zapatos poco adecuados y acabar con los pies empapados durante horas. No todos los modelos soportan bien la lluvia y, aunque las botas de agua son la opción más segura, muchas veces no son la más práctica, ni la más favorecedoras. Encontrar un calzado que combine protección, comodidad y estilo puede resultar complicado, sobre todo si no queremos recurrir a las clásicas botas altas y rígidas de siempre.






