Mayans opera desde el PJ para evitar la ruptura del peronismo en el Senado

elDiarioAREl Diario Ar11/11/20253 Views

El desafío de ordenar el frente interno tras la derrota. La amenaza de ruptura de los senadores enojados con CFK y la mediación del formoseño. La intervención en Jujuy. El nuevo oficialismo que está construyendo Patricia Bullrich en el Senado.

Apenas nueve cuadras separan el Congreso de la sede nacional del Partido Justicialista, un trayecto corto que José Mayans recorre casi a diario. El jefe de la bancada peronista en el Senado se convirtió, desde las elecciones de octubre, en el brazo operativo de Cristina Fernández de Kirchner en el PJ. Organiza reuniones, habilita internas y recibe senadores. Trabaja, tras la derrota, en evitar que los pases de factura internos terminen dinamitando la unidad del panperonismo en el Congreso

No es una tarea fácil. El peronismo perdió en 6 de las 8 provincias que elegían senadores -en algunas, incluso, no llegó ni a meter un solo senador- y descendió a su piso histórico en el Senado desde el regreso de la democracia. A partir de diciembre solo tendrá 28 senadores, un número muy lejos del quórum de 37, y se verá obligado a reorganizar su estrategia para hacer frente a la segunda etapa del gobierno de Javier Milei.

El Senado no será ya un dominio exclusivo de Mayans, quien aprendió a tejer un buen vínculo con Victoria Villarruel y logró hacerse del control de la Cámara Alta durante los dos primeros años de gestión libertaria. Karina Milei decidió intervenir en el Senado y, con la ayuda de Patricia Bullrich, buscará lavarle la cara al oficialismo. Tienen 20 senadores libertarios que, comandados por Bullrich, buscarán diseñar una nueva hegemonía en el Senado con ayuda del PRO, los gobernadores y la bancada radical

José Mayans, Martín Lousteau, Eduardo Vischi, Luis Juez y Ezequiel Atauche junto a Victoria Villarruel

La ministra de Seguridad ya se puso en campaña. Oficiando ya como la nueva jefa de bloque oficialista, Bullrich dedicó la última semana a encabezar reuniones con aliados. El objetivo es intervenirle el Senado a Villarruel y aceitar el vínculo con la Casa Rosada, de modo de llegar al inicio de sesiones extraordinarias, que es cuando Milei quiere aprobar el Presupuesto, con un panorama más amigable para el oficialismo. Este miércoles organizará, en el Senado, una gran cumbre con representantes de todos los bloques opositores.  

Afuera quedarán Villarruel, que quedó aislada y sin aliados, y el peronismo. Bullrich no tiene planeado organizar, de momento, ningún encuentro ni con la presidenta del Senado ni con la troika kirchnerista que lidera Unión por la Patria en el Senado. Es decir: Mayans y las espadas cristinistas Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti. Su prioridad, antes que nada, es juntar unas 37 voluntades para quitarle al peronismo el control del Senado.

Santilli y Bullrich, anoche en el búnker libertario.

El peronismo, sin embargo, no se queda quieto frente a los movimientos de Bullrich. Buscará intervenir, no solo en la lucha por el control del Senado, sino también en la propia interna libertaria. La primera línea de UxP mantiene un diálogo abierto con el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, quien quiere continuar teniendo un lugar en la línea sucesoria. Karina, en cambio, quiere reemplazar al puntano por la neuquina Nadia Márquez. Por eso, Abdala no escatima en buscar aliados en otros bloques y se le arrima a Mayans, a la espera de poder sumar el apoyo del peronismo. 

La pelea con CFK y la amenaza de la ruptura

Antes que ponerse a jugar con la relación de fuerzas del Senado, Mayans tiene otro desafío: ordenar el frente interno. La derrota reavivó la interna peronista, que en el Senado excede la novela bonaerense entre La Cámpora y Axel Kicillof. En el Senado, como en el PJ, la discusión es más vieja. Y apunta, como hace años, a la tensión de los peronismos provinciales con la conducción de CFK.

Estas diferencias ya se tradujeron en una ruptura el año pasado, cuando la jujeña Carolina Moisés, el catamarqueño Guillermo Andrada, el puntano Fernando Salino y el riojano Jesús Rejal abandonaron el bloque que presidía Mayans para armar “Convicción Federal”. La ruptura, sin embargo, fue a medidas, ya que los cuatro senadores continuaron integrando el interbloque de Unión por la Patria. Ninguno abandonó el paraguas oficial del peronismo, solo se corrieron unos centímetros de la conducción cristinista.

Ahora, tras la derrota, el escenario cambió. Los senadores peronistas mantienen conversaciones con otros senadores que integran oficialismos provinciales y buscan espacios que le permitan negociar con el Gobierno con mayor flexibilidad. Una de las conversaciones, por ejemplo, es con la salteña Flavia Royón, que responde al gobernador Gustavo Sáenz. Royón, a su vez, mantiene conversaciones con los misioneros de Carlos Rovira y los santiagueños de Gerardo Zamora

Carolina Moises, senadora jujeña

Mayans percibe estos diálogos y, como mediador del cristinismo duro y los gobernadores, interviene para evitar una fractura. Y lo hace desde el PJ, en donde el formoseño se mueve como presidente del partido de facto (ya que CFK, que es la verdadera presidenta del PJ, está con prisión domiciliaria y no puede encabezar las actividades oficiales del partido).

Una de las maniobras fue, por ejemplo, habilitar la interna del partido en Jujuy y evitar la expulsión de Moisés que impulsaba la camporista Leila Chaher. La provincia se encuentra intervenida desde 2023 por orden de CFK y Moisés acusa a la ex presidenta del PJ de haber llevado al peronismo a la ruptura y, así, al fracaso electoral del 26 de octubre. Mayans tuvo que intervenir a las apuradas porque, de haber prosperado la avanzada de La Cámpora en la provincia, Moisés hubiera roto con UxP en el Senado.

La jugada del formoseño sirvió para apagar un fuego que, sin embargo, amenaza con propagarse. Los gobernadores peronistas y los referentes provinciales no kirchneristas reclamaban una agenda federal, menos centrada en la agenda cristinista y más atenta a las necesidades de las provincias. Reclaman, a su vez, flexibilidad para conversar con el Gobierno.

“Acá todavía tenemos que ver qué vamos a hacer. Porque si la postura del partido va a ser todo el tiempo ‘Cristina libre’ vamos a ser muchos los legisladores que no vamos a ir”, advierte un senador peronista, que dialoga con senadores de otros espacios. Está a la espera, como muchos, de una charla real sobre el futuro de la bancada peronista tras la derrota. Una reunión que Mayans espera organizar la semana próxima, antes de intentar sesionar por última vez con la composición actual para sancionar la reforma de la ley de DNU.

MCM/CRM

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