
El empresario hizo una presentación tras su extradición. Se trata de un paso formal que deja abierta la posibilidad de negociar una pena reducida. Urgencia por un medicamento y pulgar levantado en la primera audiencia
El empresario argentino Federico “Fred” Machado ya jugó una carta, de caracter formal, en el proceso que atraviesa ante un tribunal de Estados Unidos, luego de ser extraditado la semana pasada desde Buenos Aires por acusaciones de narcotráfico, lavado y estafa.
Machado se declaró “no culpable” en una presentación ante el juez Bill Davis, pero mantiene abierta la puerta a una negociación con los fiscales para alcanzar una pena acordada, según supo elDiarioAR de fuentes con acceso al expediente.
“El acusado, tras consultar con su abogado al respecto, renuncia por la presente a comparecer personalmente en la lectura de cargos y de la acusación formal, y mediante el presente documento se declara no culpable”, se lee en el expediente judicial del caso que se tramita en el Distrito Sur de Texas, accesible a través de internet. “Se registra una declaración de ‘no culpable’ para el acusado y es aprobada por el tribunal”, cierra el documento firmado por el juez Davis y fechado el 7 de noviembre pasado, apenas un día después de que Machado arribara a Texas custodiado por agentes de seguridad estadounidenses.
El caso, descripto por los fiscales de Texas como una compleja red de nacrotráfico, cobró vuelo en Argentina luego de que se descubriera que el fideicomiso utilizado con fines de presunto lavado sirvió para pagarle US$200.000 a José Luis Espert en enero de 2020, como informó elDiarioAR el 28 de septiembre.
“La declaración de no culpabilidad es un paso formal, previsible en esta instancia, pero Machado mantiene el derecho a negociar una pena en los próximos cuatro meses”, dijo la fuente. Incluso, existen herramientas en el sistema legal de Estados Unidos para que el argentino arribe a la instancia de acuerdo una vez iniciado el juicio, en 2026, agregó.

Machado tenía hasta el 15 de diciembre para declararse culpable y abrir una negociación a cambio de entregar información o declarar contra terceros. La declaración de inocencia no cierra la posibilidad de cambiar de status más adelante, según otra fuente con acceso al expediente.
Según la acusación presentada por la fiscalía estadounidense, el empresario y su presunta socia, Debra Lynn Mercer-Erwin —quien ya recibió una condena a 16 años de prisión en noviembre de 2024—, habrían liderado una red de lavado de activos provenientes del narcotráfico. La trama incluía el uso de empresas pantalla, transferencias millonarias y compraventa de aeronaves, un rubro en el que Machado desarrolló buena parte de su fortuna.
En ese marco apareció el eslabón de Espert, con quien el empresario trabó un acuerdo de al menos un millón de dólares, de los cuáles pagó una primera cuota de US$200.000 en febrero de 2020. Ese aporte no excluye otros realizados a Espert a lo largo de la campaña electoral de 2019, período en el que también le proveyó una camioneta y un avión, además de dinero en efectivo.
Una audiencia previa al juicio está agendada para el 9 de enero, según el cronograma oficial del juzgado del Distrito Sur de Texas.
La intención de Machado siempre fue establecer un acuerdo con los fiscales, aunque era escéptico sobre esa posiblidad, por lo que trató de evitar una extradición por todos los medios ante el temor de recibir una condena a dos décadas de cárcel. Su objetivo ahora es conseguir una pena de pocos años que le permita computar el período en que estuvo bajo prisión domiciliaria en Viedma, desde 2021.
El empresario niega los cargos por narcotráfico, que se despertaron a raíz de que naves que eran administradas por el fideicomiso Aircraft Guaranty Corporation aparecieron con cargamentos de cocaína en aeropuertos y pistas clandestinas de Centro y Sudamérica.
En cambio, Machado admite haber cometido el delito de fraude, sin precisar un monto. Según los fiscales de Texas, el desfalco habría sido por al menos US$350 millones, como informó este medio.
Machado permanece detenido en una prisión federal en el condado de Fannin. Según pudo saber elDiarioAR, en su primera comparecencia ante el juez, horas después de su llegada al país, el 6 de noviembre, reclamó asistencia médica y acceso a Xanax, un remedio para la ansiedad.
La abogada Jamie Hoxie Solano adujo que, sin ese medicamento, la vida de Machado corría peligro. El juez Bill Davis ordenó a la prisión de Fannin, operada por una firma privada, hacer lo posible por proveerle Xanax, pero denegó el traslado a otro centro de detención, como pretendía Hoxie Solano.
Durante su presentación en el juzgado de la localidad de Plano, Machado se encontró cara a cara con Tanya Eiserer, la cronista de la filial de la cadena televisiva ABC en Dallas que inició la investigación sobre el fideicomiso.
Eiserer tiró de la cuerda hace seis años ante el dato sorpresivo de que la firma de Mercer-Erwin y Machado administraba más de mil aviones en Onalaska, una localidad texana de menos de 3.000 habitantes y sin aeropuerto.
Al cruzarse con Eiserer, Machado levantó el pulgar en señal de cordialidad.
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