
Hace poco más de una semana, el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, señaló que la ciudad de Buenos Aires evalúa la construcción de un monorriel sobre la avenida General Paz como parte de una estrategia para ampliar la red de transporte público y aliviar la congestión permanente del anillo vial que rodea la Capital.
La iniciativa fue presentada durante su participación en el programa Economía de Quincho. Apunta a aprovechar la infraestructura existente de la avenida y sumar alternativas de combinación modal. “Uno de los proyectos grandes que llevamos en la gira por Dubái, Abu Dabi y Shanghái es la posibilidad de poner un monorriel sobre la General Paz. Ya que tenemos el impacto físico de esta autopista, se podría poner arriba un sistema de monorriel y un sistema abajo de estacionamientos donde la gente pueda dejar el auto, se suba a ese monorriel, se baje y se conecte con otra forma de transporte público”, expresó.
Ante la consulta de LA NACION, Desde el Ministerio de Movilidad e Infraestructura porteño recordaron que no se trata de una idea nueva, dado que ya había sido analizada durante gestiones anteriores. “La General Paz está con un uso por encima del proyectado en su diseño original y en sus ampliaciones, y se están evaluando alternativas que mejoren la movilidad y potencien la circulación de las personas. La alternativa del monorriel es un proyecto ya estudiado desde hace varios años”, señalaron.
El monorriel es un sistema de transporte guiado en el que los vehículos circulan sobre una única viga, generalmente elevada y de hormigón. Funciona con motores eléctricos y puede operar por encima de corredores viales sin interferir con el tránsito existente, lo que reduce la necesidad de grandes obras en superficie. Este tipo de infraestructura se utiliza en ciudades como Tokio, Chongqing, Dubái y San Pablo para conectar zonas densamente pobladas o integrarse a redes de transporte multimodal. El sistema de monorriel suspendido más antiguo del mundo en funcionamiento, con sus vagones que cuelgan de una vía central, es el ferrocarril colgante de Wuppertal.
LA NACION solicitó detalles sobre la obra anunciada por Jorge Macri, pero se aclaró que por el momento se está realizando un estudio de factibilidad. “Esto permitirá evaluar en detalle si la traza de la General Paz reúne las condiciones técnicas, urbanísticas y ambientales para incorporar un sistema de monorriel”, explicaron desde el mencionado ministerio.
Y agregaron: “El objetivo es contar con información objetiva y rigurosa antes de avanzar en cualquier definición. El monorriel es una alternativa para ampliar la capacidad de la red de transporte metropolitano, pero siempre sobre la base de evidencia técnica y de la coordinación con los distintos organismos involucrados”.
Para los especialistas, su construcción podría convertirse en una ventaja para la movilidad metropolitana, siempre y cuando el proyecto sea evaluado con rigor técnico. Roberto Agosta, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y presidente de AC&A Ingenieros-Economistas-Planificadores, señaló: “El monorriel es una tecnología de transporte de capacidad intermedia que existe en varios lugares del mundo. Existen diferentes variantes (suspendido, apoyado, etc.) y tiene como ventaja principal que la estructura es muy liviana y poco intrusiva, excepto en las estaciones”.
En la misma línea, Andrés Borthagaray, arquitecto, urbanista y miembro del Consejo Científico de la Biennale dello Spazio Pubblico, consideró que “las soluciones de tipo monorriel, a la luz de antecedentes internacionales, son interesantes, más bien propias de zonas urbanas de alta densidad en combinación con subtes o metros”.

Sin embargo, los expertos también advierten que el camino hacia su materialización presenta múltiples obstáculos. Inés Schmidt, investigadora honoraria del Instituto Superior de Urbanismo, Territorio y Ambiente de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, explicó: “¿Es viable? En principio podemos responder que sí. Ahora bien, no hay precisiones respecto de la factibilidad técnica y económica, y en consecuencia el proyecto pierde credibilidad. Si nos preguntamos cómo debería plantearse para que sea viable, antes deberíamos repreguntarnos si existe una propuesta integral para la movilidad: cuáles son las infraestructuras necesarias, cuáles son las necesidades, deseos y aspiraciones de las personas que diariamente se mueven en la ciudad metropolitana”.
Para Borthagaray, la cuestión central es cómo se evalúa la construcción de un monorriel dentro de un marco realista de prioridades, restricciones presupuestarias y antecedentes internacionales. “Se acaba de aprobar el presupuesto 2026, donde hay un plan plurianual de inversiones. Hay previsiones para iniciar, finalmente, una futura línea F y hay temas pendientes de distinta escala, desde la mejora de estaciones de subte y ferrocarril existentes —incluida la conexión interna de la línea E a Retiro— hasta la llegada de la línea H desde Hospitales a la estación Sáenz, que permitiría completar un esfuerzo ya hecho y brindar un servicio muy necesario”.
A ese análisis, agregó que un sistema de monorriel también requeriría afrontar costos elevados, un mantenimiento exigente, una integración multimodal efectiva y un nivel de institucionalidad muy desarrollado. “Sobre todo, el tema es cómo se integran los proyectos a una estrategia articulada”, dijo.
La idea de construir un monorriel, como se dijo, no es nueva. Hubo iniciativas anteriores que quedaron en carpeta y que, según los expertos, deberían actualizarse por completo. “En el caso de la General Paz, hubo una propuesta realizada hace muchos años que habría que reevaluar y hacer un estudio profundo que analice todos los aspectos y detalles, y contemple la evolución de la tecnología y de los patrones de viajes de las personas en las últimas décadas”, detalló Agosta.
Schmidt coincidió en la necesidad de actualizar la discusión: “En los años 90 se presentaron iniciativas. En los primeros años del 2000 también se hablaba del tema. Estamos cerrando el primer cuarto del siglo XXI y se siguen poniendo por delante las ‘infraestructuras’, sin profundizar en la movilidad”, concluyó.






