Una fastuosa casa en Pilar se cuela en la polémica alrededor de la AFA

La NaciónLa NacionEconomía02/12/20252 Views

De pronto, en medio de tanto silencio, alguien quiso en Villa Rosa hablar de la casa. Fastuosa, cercada por una malla de acero gris o una pared de cemento según el tramo y con helipuerto, haras y colección de autos antiguos adentro. Comentario obligado desde hace por lo menos dos años y medio, cuando cundió ahí la noticia de que alguien cercano a la AFA, probablemente Claudio Tapia, acababa de comprarla. Pero no, no sería el Chiqui el dueño: él vive en Los Cardales, en una propiedad que le vendió en su momento Carlos Tévez. El que habla ahora es un vecino de Pilar, Daniel Angelici, instalado hace tiempo en el barrio en cuestión, para decir ante LA NACION: “Soy vecino de Toviggino”.

Se refiere al predio que acaba de motivar la denuncia de la Coalición Cívica que cayó en el juzgado de Daniel Rafecas. La exdiputada Elisa Carrió, el legislador porteño Facundo Del Gaiso y Matías Yofe, referente del municipio, quieren saber si no existe una maniobra de lavado porque quienes figuran como dueños del inmueble, una jubilada y un monotributista, Ana Lucía Conte y Luciano Nicolás Pantano, madre e hijo y accionistas de la firma Real Central SRL -una distribuidora de bebidas cuyo capital social no supera los 58 millones de pesos-, no acreditan el patrimonio para comprar. Con esos datos presentaron la denuncia en la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos del Ministerio Público Fiscal (Procelac).

En junio de 2023, cuando se vendió el terreno, el vecindario supo enseguida que alguien de renombre estaba contratando trabajadores para una obra que se sospechaba monumental. Pintura, albañilería, grifería, techos. Pueblo chico, nada es secreto. Mencionaban a Tapia y al tesorero de la AFA, Pablo Toviggino.

Un año y medio después, Angelici cuenta la historia. Dice que el predio era de Federico Tomasevich, dueño de Puente, y que primero se lo ofrecieron a él y no lo quiso, pero que le propuso a Tévez que lo comprara. Otra vez a Tévez. “Me gusta elegir a mis vecinos”, aclara a LA NACION. Dice que el exfutbolista no hizo nada y que apareció Toviggino. O, más precisamente, esta sociedad que integran Pantano y su madre y de la que en la AFA no hablan. “Me molesta un poco que vengan con drones, con cámaras y que los pongan arriba de mi casa”, dice el empresario y ex presidente de Boca, que le puso a su residencia “Don Remo y sus milagros” en honor a su padre.

Esta versión del empresario explica que Tévez supiera más que el resto. Y el tuit del 5 de marzo del año pasado del Apache, entonces DT de Independiente, posteo que la Coalición Cívica incluyó ahora en la denuncia. Molesto por un arbitraje de Pablo Dóvalo frente a Barracas Central y después de una pelea con Toviggino, Tévez publicó estas líneas explosivas: “Me parece que tantas idas y vueltas a Pilar te están haciendo perder un poquito, Toviggino. Aparte de la colección de autos antiguos e importados que acumulás en Pilar, también enterrar los bolsos que trajiste de Qatar y de los amistosos en China, memoria Alí Babá”.

Toviggino nació en Rosario y vive en Santiago del Estero, pero también es propietario en Pilar desde hace tiempo. A mediados del año pasado vendió una de las casas que tenía en un barrio cerrado de ahí, Ayres Plaza Pilar, una de ellas con un quincho que construyó luego de comprar el terreno de al lado, y buscó mudarse. “Viene poco”, dice Angelici cuando se le pregunta si frecuenta el barrio, y lo primero que sorprende es la naturalidad con que el empresario de los bingos habla del tesorero de la AFA, a quien gran parte de la dirigencia le tiene un respeto pasmoso.

La casa en cuestión es enorme. “Son 5 hectáreas, no diez, como dicen”, aclara Angelici. Está ubicada sobre la calle Misiones, casi pegada a la de él, sólo separada por la calle Laprida. El asfalto también llegó hace poco, según constató LA NACION en una recorrida: ya hay como dos kilómetros de Misiones terminados pese a que casi no pasan autos. Es un vecindario de hombres de negocios y políticos, muy poco transitado. Ahí vivió Fernando De la Rúa y siguen otros influyentes de la UCR. Por eso le decían “Barrio de los radicales”.

Luciano Nicolás Pantano, que levanta la mano, y Ana Lucía Conte, su madre, dueños formales de la propiedad

Este diario intentó, sin éxito, obtener la palabra de Toviggino. Quienes lo conocen niegan que sea él quien compró. “¡Pero si Tovi se va todos los fines de semana a Santiago!”, objetan. Queda entonces por esclarecer cómo alguien muy cercano a él, Pantano, un ex secretario general del club Almirante Brown, de La Matanza, pudo haberse convertido en dueño de semejante mansión. Pantano tiene domicilio en Villa Luzuriaga y fue también protesorero del club en 2022, ya durante la gestión de Maximiliano Levy, un ex integrante de la hinchada de Boca que ahora preside Almirante Brown y que tiene una buena relación con Tapia y Toviggino. La semana pasada, en medio del escándalo por la sanción a Estudiantes, Levy publicó en Twitter una foto con ambos como respaldo en medio del conflicto. “Que la cuenten como quieran”, posteó.

Pantano no es tampoco alguien extraño en la AFA, en cuyas asambleas tiene además voz y voto porque representa a dos ONG inscriptas: la Asociación Argentina de Futsal y Fútbol Playa. Su hermano Norberto es hace tiempo DT de fútbol femenino en Almirante Brown. El apellido resulta familiar en la AFA por otros motivos: otro Pantano, José, homónimo del padre de ambos, fue durante muchos años jefe de Seguridad de la entidad durante la presidencia de Julio Grondona, y en 2006 trasladado al predio de Ezeiza por razones de salud.

Pero la historia es tan enrevesada que incluye otro punto de contacto que sorprende. Es entre Angelici y Pantano y trasciende Pilar. Lucas Juan Labbad, un contador que se desempeñó durante una década como gerente de Boca y que trabaja hace tiempo en empresas del ex presidente xeneize, es desde enero de 2023 director suplente en Mendoza Wines SA, una sociedad que preside Pantano. Labbad es un profesional y ha pasado por múltiples empresas de distintos rubros. A su lado, aclaran que no es socio de Pantano. Angelici cuenta que la empresa no tiene actividad porque, en realidad, es un viejo emprendimiento trunco. “Matías Morla me ofreció la marca de los vinos Maradona, pero, cuando empezó la sucesión, vi que no era posible, y entonces quise hacer algo conjunto con Toviggino. Pero después todo quedó en la nada: esa sociedad no tiene ni una cuenta corriente”.

No llegaron ni un descorche. Cosas del fútbol.

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