
Aimar es un joven bilbaíno de 20 años con trastorno del espectro autista (TEA) que ha ganado un pulso en los juzgados al Ayuntamiento de Vitoria. Se presentó a una de las 14 plazas reservadas a personas con discapacidad intelectual en el proceso selectivo convocado por este consistorio para ingresar como funcionario de carrera, en tareas de auxiliar de servicios. La Concejalía de Función Pública lo excluyó de la lista de admitidos porque Aimar no justificó tener reconocida una discapacidad intelectual igual o superior al 33%, como establecían las bases de la oposición. El joven aportó documentación oficial concluyente sobre su situación de discapacidad, que alcanza el 49%, pero sin precisar si esta es de tipo intelectual, psíquica, física o sensorial. El Ayuntamiento, de forma cautelar, le dejó hacer los exámenes, pero no lo aceptó como admitido. Un juzgado de Vitoria falló el pasado mes de octubre que la decisión de excluir a Aimar “no es ajustada a derecho” y obliga al Ayuntamiento a readmitirlo. La familia considera que esta resolución es “un paso muy importante en la inclusión social y la no discriminación en el acceso al empleo público de las personas con TEA”, afirma la madre del joven. Pero el consistorio la ha recurrido.






