Un grupo de mujeres actrices, el que conformaron las cuatro integrantes de Gambas al Ajillo, marcaron la escena emergente de los 80. El otro cuarteto de jóvenes tan tercas como talentosas son las dieron vida a Piel de Lava, banda de creadoras que vienen marcando el panorama actual.
De 1986 a 1994, Verónica Llinás, Alejandra Flechner, María José Gabin y Laura Market (las famosas Gambas, las “indepilables del Parakultural”, como se las llamaba) fueron las diosas de aquel llamado teatro under que le pegaba un cachetazo a las formas tradicionales del teatro. “Fueron y son las mujeres más bellas que se han visto en los escenarios”, apuntaba Alejandro Urdapilleta. Nueve años después de su disolución, otro cuarteto de mujeres actrices, directoras, gestoras y autoras conformaron el grupo Piel de Lava, que integran Elisa Carricajo, Pilar Gamboa, Valeria Correa y Laura Paredes. Otro grupo de mujeres bellas que iluminan el escenario actual.
El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires les propuso a “Las Pieles” pensar alguna acción a partir de la muestra Esto es teatro, que plantea un recorrido por creadores, grupos y lugares más disruptivos del período comprendido entre el Instituto Di Tella, de los 60, y el Parakultural, de los 80.
Como resultado de eso se viene una cumbre performática entre estas dos bandas de mujeres que rockean teatro. Se llamará Piel de Gambas. Tendrá lugar hoy, sábado, en el Moderno. Allí las mujeres de lava serán las protagonistas de esta prometedora propuesta.
Quienes ahora reflexionan sobre ese encuentro performático son Verónica Llinás y Laura Paredes. Entre ambos colectivos teatrales, son ellas las que entablaron puentes artísticos más sólidos (dirigieron juntas la obra Antígona en el baño, trabajaron en la película Trenque Lauquen). Pero hay otra capa entre ambas: son cuñadas. El cineasta Mariano Llinás (director de La Flor, que protagonizaron las cuatro actrices de Piel de Lava; y de Historias extraordinarias) es hermano de Verónica y es el marido de Laura. Producto de esa relación nació Pedro. Una vez por semana, la tía Verónica cumple el rito de verlo y de llevarlo de acá para allá. Es, como dice con cara de chochera la misma Llinás, el hijo que no tuvo.
Cada grupo puede ser analizado desde distintas perspectivas, pero hay un punto en común: la potencia escénica de lo que hicieron y representaron las Gambas al Ajillo en la escena local y lo que hacen en escena y representan Piel de Lava en la actualidad. Y, claro, dos banda de mujeres que apostaron y apuestan por la creación colectiva. Casi como un gesto irónico la obra, más exitosa en término de audiencia de Piel de Lava fue la quinta, Petróleo, en la que interpretan a cuatro precarizados trabajadores que conviven en un trailer mientras extraen petróleo de un pozo patagónico que ya no tiene nada más para dar. En un salto temporal, en La debacle show, espectáculo de 1990, Llinás aparecía como mujerona junto con Alejandra Flechner, vestidita de hombre. El universo trans en unas y en las otras.
Cuando durante la charla Llinás escucha esta referencia, recuerda aquel número con una sonrisa: “Ale Flechner hacía de un romántico y yo de una ninfómana, que solo quería ir a la cama. ¡Era re-zarpado! Con ese número íbamos a discotecas. La gente empezaba diciéndonos de todo, pero cuando aparecía esa escena, se entregaban”.
– En ese punto aparece un espejo un tanto roto entre ambos colectivos: las “Pieles” se presentaron en salas teatrales tradicionales de los tres circuito; mientras que las “Gambas” en sucuchos, en discos y en grandes teatros.
Verónica Llinás: -Nosotras nos mandamos a lugares como el boliche Pinar de Rocha, en plena trasnoche. Había que bancar aquello. Otra vez nos contrataron para actuar en una disco de Mar del Plata. Apenas pisamos el escenario nos empezaron a decir de todo, hasta nos escupieron. En un momento el escenario empezó a elevarse y nosotras, aprovechando la distancia, empezamos las cuatro a los escupitajos limpios [se ríen las cuñadas con ganas].
Laura Paredes: -En este punto aclaro algo: ¡No vamos escupir al público el sábado!
-Si para Piel de Lava el espectáculo más exitoso fue Petróleo, para Gambas al Ajillo, ¿cuál fue?
V.LL.: –La debacle show. Igual, en el Para [por el Parakultural] ya nos iba muy bien. Empezamos con cuatro o cinco punks sentados en la platea y terminamos con una cola de público que daba la vuelta a la manzana, con señoras con tapado de piel haciendo fila en pleno San Telmo. De todas formas, el vuelco grande se produjo cuando, estando en el Rojas, nos invitaron al programa Hola, Susana. ¡Armamos un escándalo!
El “escándalo” fue más o menos así: durante el programa de Susana Giménez, luego de que Verónica Llinás se tirara a los pies de la diva pidiéndole que la pisara, vino el juego “Dibuje la película”. Se armaron dos grupo. En uno: Llinás, Silvia Armoza (que varias veces fue una de “las Gambas”) y Flechner. Del otro, “el Gambo” Miguel Fernández Alonso, Gabin y la invitada Yuyito González. Fue González quien tomó el marcador y, sobre el papel, en pleno programa que se transmitía en vivo, dibujó una especie de salchicha. Ante esa imagen, sin filtro alguno, María José Gabin gritó: “¡Pene!”. Aclaración necesaria: en verdad gritó de viva voz otro término que hace referencia al órgano genital masculino, que también empieza con ”p” y que también tiene cuatro letras.
Sigamos. Con todo el piso del estudio en silencio, Llinás vio el rostro de la conductora al borde del ataque de nervios. “Desencajada, me dijo que era la única palabra que no se podía decir en la televisión”, recuerda. “El director de cámaras empezó a hacer malabares, tomando variedad de primeros planos a toda velocidad casi como para un video clip”, describió aquello la misma Gabin en su libro Las indepilables del Para. Finalmente, el dibujo de Yuyito era la cara de Cleopatra, la película con Elizabeth Taylor y Richard Burton.
Al otro día de aquel grito, en tiempos en los que las redes sociales no aparecían ni en la serie Los supersónicos, el escándalo fue tema de todos los programas de chimentos de la tarde. “Desde ese momento, el Rojas explotó de gente”, apunta Llinás. La referencia a lo masculino también marcó la hoja de ruta de Piel de Lava. Cuando estrenaron Petróleo en la que las cuatro actrices interpretaron a peones de un pozo de petróleo, en las dos primeras temporadas llegaron a convocar el equivalente a cuatro Luna Park. Como esa leyenda continúa, Petróleo volverá al Metropolitan.
A muchos años de aquel escándalo en el programa de Susana Giménez y ante la iniciativa del Moderno hubo reunión cumbre entre “las Pieles” y “las Gambas”. Se juntaron las ocho en la casa de una de ellas, en Villa Crespo. Hubo foto, risas, una filmación, mucha charla y se armó un grupo de WhatsApp. Hacía dos años que las cuatro integrantes históricas de las Gambas no se veían las caras. “Hablaban las cuatro a la vez y lo más loco es que se les entendía todo, como nos pasa a nosotras -se asombra todavía Laura Paredes-. Claramente, ahí había una situación espejada”. Su cuñada, su amiga y admiradora piensa que “ese hablar al mismo tiempo es una muestra de una pasión muy potente. Esa sensación de que no te bancás que el otro termine, porque considerás que tenés algo importante para decir”. De la misma forma que ahora hablan las dos juntas, acuerdan.
Fue Laura Paredes la que hizo la primera avanzada para aquel encuentro, la que tanteó el terreno. Llamó a su cuñada, le comentó la idea y hubo cumbre. “Me hizo sentir halagada la idea porque, más allá de nuestro vínculo familiar, Piel de Lava es un grupo al que admiro mucho y que es de vital importancia en el panorama teatral. En lo personal, que el grupo nos rescate es muy gratificante. En un principio había pensado que iba a ser un quilombo, porque imaginé que íbamos a tener que ensayar las ocho. Después, cuando surgió la modalidad de la filmación de ese encuentro de las ocho como material disparador de la perfo de las chicas, todo fluyó”, reconoce la actriz, directora, cineasta y dramaturga.
Para darle forma a la acción performática en la que actuarán las cuatro integrantes de Piel de Lava buscaron testimonios sobre cómo trabajaban las Gambas. Mucho no encontraron. Inicialmente, les interesaba desentrañar el funcionamiento de la grupalidad de ese colectivo que marcó una época explosiva con figuras como Alejandro Urdapilleta, Humberto Tortonese y Batato Barea, entre tantos exponente de esa generación que marcó los primeros años de la democracia. Eran tiempos en los que el Parakultural, Cemento y el Rojas fueron verdaderas usinas creativas, en las que convivía el rock con el teatro, la performance y la danza contemporánea.
“La idea de Piel de Gambas es rescatar a estas cuatro actrices tan inteligentes como graciosas, hablando sobre sus procedimientos creativos, e intervenir todo eso con acciones de Piel de Lava. Algo así como gambarizarnos lo más que podamos”, apunta Laura Paredes sobre la perfo que harán el sábado 27, a las 15 y 17 [apenas salieron las entradas, volaron. Pero hay una buena: todo indica que se subirá el video de la performance a la cuenta de YouTube del Museo Moderno].
En tren de revisionismo histórico, las integrantes de Gambas al Ajillo se conocieron en los talleres de mimo de Ángel Elizondo, en los cursos de clown de Cristina Moreira, en el de Miguel Guerberof y, algunas de ellas, en los cursos de danza de Silvia Vladimivsky. Un punto de referencia para ellas era Niní Marshall, otra mujer del humor que marcó una época. Las cuatro integrantes de Piel de Lava se conocieron en cursos y talleres de Alejandro Catalán y Rafael Spregelburd. Para ellas, la referencia fue Gambas al Ajillo aunque, por cuestiones generacionales, no llegaron a ver ninguno de sus trabajos. A lo sumo, Laura recuerda haber visto a “la” Llinás en el programa de televisión de Antonio Gasalla, y volverse loca con aquello.
En el mapa de las coincidencias el kilómetro cero de cada colectivo tiene un punto en común: una misma manzana de Palermo. En plan de asociación libre sería algo así como otra versión de la llamada “la manzana loca”, de Florida al 900, cuyo epicentro era el Instituto Di Tella. La cosa se explicaría de este modo: el primer trabajo “gambo” se estrenó en 1986 en el bar/pub El Taller, pleno corazón de aquel Palermo Viejo que poco tiene que ver con el actual con su intención fashionista.
En aquel debut todavía no estaba Llinás, quien sí ya apareció en el siguiente espectáculo, en el mítico Parakultural, para su apertura. Hasta que se concretó ese desembarco en ese emblemático sótano de San Telmo pasaron cosas. “Vino un tipo que me había conocido en la inauguración del Teatro Premier como sala teatral, donde justamente estoy haciendo la obra Una Navidad de mierda. Como siempre me interesó ganar guita, el fulano hacía unos eventos y me había contratado. Ahí aproveché a contarle que tenía un grupo de mujeres que hacía humor. Entonces, le armamos una presentación en el Parakultural con las cinco, en ese momento estaba Vivi Pérez, con el número ‘Las monjas’“, cuenta. Ese número fue una fija para el grupo. Las monjas en cuestión terminaban sacándose los hábitos en medio de una jornada calurosa que terminaba con un desopilante strip-tease. Cuando este señor las vio, le dijo: “Son muy talentosas, pero no son comerciales”. En perspectiva, se confundió: las reinas del llamado under terminaron siendo producidas por Daniel Grinbank y Lino Patalano.
Volvamos a aquella otra “manzana loca” de Palermo Viejo. El 16 de diciembre de 2003, en la casa de Elisa Carricajo, las cuatro pieles cenaron un guiso mientras hacía 30 grados (cosas que pasan). Esa noche nació Piel de Lava en un departamento ubicado en Gorriti y Serrano. O sea, en la misma manzana del bar El Taller en donde, 17 años antes, las Gambas al Ajillo habían debutado.
En este territorio de cruces, vecindades y coincidencias así como las Gambas tuvieron a su “gambo”: Miguel Fernández Alonso (“la más linda de todas”, apunta Llinás); Piel de Lava tiene el suyo: el músico Zypce, la quinta piel de Parlamento, obra que están presentando en El Picadero.
La irrupción de Gambas al Ajillo en la escena emergente de los 80 dominada por hombres dejó su marca. Esa banda de chicas superpoderosas metió su cuña en la agenda feminista de aquel momento. Cuando se encontraron las ocho, Laura Paredes recuerda que les preguntó si se habían topado con algún comentario misógino de parte de la prensa. “No se hubieran animado”, les respondieron. “Esa respuesta me hizo pensar mucho -cuenta Laura Paredes-. Es que las Gambas eran una salvajes… Y yo creo que, justamente producto del machismo, es que eran tan salvajes”.
V. LL.: -De todas maneras, debo reconocer que no sentí que fuéramos feministas. Es más, en ese momento y, aclarando que ese pensamiento fue revisitado con el paso del tiempo, el número de “Sé tu misma” [que formó parte de La debacle show, de 1899/91] era una burla al feminismo.
En aquel número aparecían luciendo unos trajecitos pasados de moda, con polleras pantalón. La canción comenzaba así: “Tú también puedes trascender. Tú también puedes madurar. ¡Mujer, mujer! Y llegar a ser feliz y crear un mundo mejor. La suprema inteligencia existe en todos los seres. Existe en el hombre, existe en los animales, existe en las plantas, existe en el agua y existe, inclusive, ¡en la mujer!“.
“Yo sentía que el hecho de tener que defender a la mujer era una declaración de inferioridad -reflexiona Verónica Llinás-. Si tengo que decir que la mujer es igual al hombre es que no es igual. Ése era el espíritu. Ellas, las Pieles, tienen otro conciencia de género, han pasado muchas feministas en este tiempo y están ubicadas en otro modo”.
L.P.: -En aquel encuentro con las Gambas “La Negra” Flechner nos contaba que hacían todo con la fuerza de la prepotencia. Prepotencia de alegría, prepotencia de creación. Si, por ser mujeres actrices, les tiraban una botella, seguramente ellas devolvían tres.
-¿Cuál sería la prepotencia de Piel de Lava?
L.P.: -Cuando nos empezamos a formar, eran muy pocas las mujeres las que dirigían. En nuestro caso, además, queríamos presentarnos como grupo. En los inicios de Piel de Lava no nos invitaban nunca a una mesa de reflexión para hablar de teatro estando las cuatro en pie de igualdad. A fuerza de prepotencia fuimos ganado esos lugares. Fue de tercas, de pandilla de amigas dispuestas a ocupar un lugar.
Petróleo volverá y ahí volverá a estar Laura Paredes (quien acaba de estar en el Festival de San Sebastián como parte del elenco de la película Belén, de Dolores Fonzi) haciendo de Montoya (“un débil un tanto mentiroso, que tiene algo de instruido, de tener más mundo; un tipo que se esfuerza por sostener su masculinidad”). Casi en paralelo, también tiene funciones de Las cautivas, en el Metropolitan; y se vienen nuevas de Paz, en el Verdi, de La Boca.
Su cuñada, Verónica Llinás, hará temporada de Una navidad de mierda en Punta del Este. En 2026 se estrenará la segunda parte de En el barro, cuyo elenco integra, mientras que en breve arrancará la grabación de otra serie.
Pero, en lo inmediato lo que se viene es Piel de Gamba, la performance en la que Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes reescribirán el paso de aquel grupo de Verónica Llinás, Alejandra Flechner, María José Gabin y Laura Market en el marco de la exposición Esto es teatro, del Moderno. Una velada de teatro dentro del teatro.