Una joven que nació en Texas abandonó Estados Unidos y se mudó a Colombia en busca de dar un giro rotundo a su vida. Tras cuatro meses en el país latino junto a su esposo, destacó los aspectos que más le satisficieron y detalló que su ahorro económico es mucho mayor que en el territorio norteamericano.
Jennifer Jamali, de 34 años, creció en Houston y decidió hace nueve años vivir en Austin. Rodeada de las características de una gran ciudad de EE.UU., sentía que su vida era monótona y determinó un cambio de rumbo al país natal de su pareja.
“Me sentía atrapada en mi barrio suburbano. Todo parecía igual, era muy tranquilo y apenas se veía a nadie afuera”, expresó Jamali en un ensayo publicado en Business Insider el 20 de septiembre pasado.
Ese fue uno de los principales motivos que la llevaron a tomar la decisión de mudarse a Bogotá, la ciudad natal de su esposo, junto a su hija.
Otra de las razones fue la búsqueda de un crecimiento laboral. Jennifer fue despedida en su trabajo en Spotify en 2022, donde se desempeñaba como reclutadora tecnológica. En ese momento, estaba embarazada de ocho meses y encontró la inspiración en un emprendimiento como asesora financiera y profesional.
Pero el aliciente para romper con la monotonía seguía sin aparecer. Este año, con el fallecimiento de familiares cercanos, la pareja tuvo una revelación: “Comprendí que la vida es muy corta. ¿Por qué gastamos tanto dinero en EE.UU. en una vida con la que ni siquiera estamos contentos?“, se cuestionó.
En mayo de 2025, Jamali se mudó con su esposo y su hija de Texas a Colombia, a una vivienda propiedad de sus suegros que se encuentra muy cerca de donde ellos residen. “Los vemos casi a diario. Vivimos en un barrio tranquilo y accesible a pie”, señaló.
En la actualidad, encuentra una mayor inspiración para desarrollar su trabajo. “Los factores estresantes no bloquean mi creatividad y he podido hacer crecer mis negocios. Además del coaching, también colaboro con influencers de redes sociales para crear alianzas con marcas”, precisó.
Jamali resaltó que encuentra una cultura “cálida y centrada en el ser humano” en la ciudad de Colombia. “Mis días están llenos de microconexiones, donde saludo a mis vecinos y ellos me reconocen. Siento que formo parte de una verdadera comunidad aquí”, aseveró.
Y agregó: “Todos aquí llevan un estilo de vida activo, siempre están al aire libre y en movimiento. Nadie se pasa el día sentado viendo la tele”.
Jennifer contó que la mayor reducción de gastos que advirtió junto a su pareja con el cambio fue en el cuidado de su hija. “La guardería pasó de 1200 dólares a US$300″, precisó.
También destacó los gastos en manutención (US$7000 en Austin y US$2000 en Bogotá), en el sistema de salud (abonan US$120 al mes) y en la compra de alimentos.
Además, Jamali relató que su fuente de ingresos es el alquiler de la vivienda que poseen en Austin, que la gestionan a través de aplicaciones de alojamiento a medio plazo. “Está reservada desde julio y nuestro inquilino actual se quedará de agosto a octubre. Hemos ganando casi US$4000 con su estadía”, apuntó.
Con su nueva rutina en Bogotá, Jennifer aseveró que no tiene pensado regresar a Estados Unidos. “No extraño el ajetreo, el ruido ni la división. La vida en Colombia es mucho menos estresante y me siento más conectada con mi comunidad y como en casa”, concluyó.