En medio del excitante momento que vive la arqueología en Alejandría y su entorno (hallazgo de restos de la puerta monumental del Faro, nuevos descubrimientos en las ciudades sumergidas de Canopo y Thônis-Heracleion, en la bahía de Aboukir, a 23 kilómetros de la capital; túneles en Taposiris Magna) emerge de las aguas una maravilla: el último templo de Cleopatra VII, la postrera reina de Egipto, la popular Cleopatra de las novelas y el cine. El arqueólogo submarino Franck Goddio, que trabaja desde hace 30 años en el hundido puerto oriental de la antigua Alejandría —el Portus Magnus de la Antigüedad— y la también sumergida isla de Antirhodos, considera que ya puede ofrecer una reconstrucción de uno de los más famosos monumentos del área y de la historia de la ciudad, el Iseum, el célebre templo de Isis, conectado indisolublemente con la memoria de la gran Cleopatra y “epicentro de su reino”.