Dormía una siesta, le cayó un meteorito en la cabeza y se convirtió en la primera persona en sobrevivir a este evento

La historia de Ann Hodges parece salida de una película de ciencia ficción, pero ocurrió en la vida real. El 30 de noviembre de 1954, la mujer estadounidense se convirtió en la primera y única persona en la historia documentada en ser golpeada directamente por un objeto espacial y sobrevivir. Eran las 14:46 de la tarde cuando un meteorito del tamaño de una pelota de tenis cruzó el cielo del estado de Alabama y dejó una estela de luz visible a kilómetros de distancia. El fragmento, que viajaba a más de 300 kilómetros por hora, atravesó el techo de su casa en la localidad de Sylacauga, en Estado Unidos, rebotó en un mueble y finalmente impactó en su cadera mientras ella dormía una siesta en el sillón de su living.

El golpe fue tan fuerte que le provocó una contusión profunda, dejándole un enorme hematoma en el costado del cuerpo. A pesar del susto y el dolor, Ann sobrevivió sin imaginar que su vida cambiaría para siempre. La noticia se expandió rápidamente por todo Estados Unidos. Los medios la apodaron “la mujer del meteorito”, y su caso fue analizado por astrónomos, físicos y abogados. En cuestión de días, su casa se llenó de periodistas y curiosos que querían conocer a la única persona alcanzada por una roca espacial.

La Fuerza Aérea estadounidense confiscó el meteorito para analizarlo, pero Ann y su esposo, Eugene, iniciaron una batalla legal para recuperarlo. El conflicto no era menor, ya que hasta el momento nadie se había puesto a analizar a quién pertenecía realmente un objeto del espacio exterior que caía en una propiedad privada. Tras meses de disputa, finalmente lograron quedarse con él, aunque terminaron donándolo al Museo de Historia Natural de Alabama, donde aún se exhibe hasta el día de hoy.

El meteorito, conocido como Sylacauga Meteorite o Hodges Meteorite, pesa unos 3,8 kilos y proviene del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Su composición es rica en hierro y níquel, lo convirtió en un objeto de estudio clave para la ciencia. Más allá de su valor científico, el caso de Ann Hodges marcó un antes y un después en la historia de la astronomía moderna. Por primera vez se pudo documentar un impacto directo en un ser humano, un evento que hasta entonces se consideraba prácticamente imposible de que ocurriera.

El caso de Ann impresiona en la actualidad a científicos y curiosos. A su vez, fue parte de numerosos estudios relacionados con el impacto espacial, documentales y hasta en exposiciones artísticas. La mujer nunca buscó la fama ni el reconocimiento por lo que le sucedió, pero cientos de medios de distintas partes de su país la buscaron año tras año para que relatara su maravillosa historia.

Se hizo famosa en 15 minutos. Tuvo un montón de sesiones de fotos. La invitaron a Nueva York para participar en el programa de Garry Moore, Tengo un Secreto, donde el panel tenía que adivinar cuál era su profesión o qué le había pasado, por qué era una figura destacada”, aseguró Mary Beth Prondzinski, del Museo de Historia Natural de Alabama, en diálogo con Business Insider.

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