El CEO global de JP Morgan se reúne con Milei y Caputo en busca de garantías para prestarles

elDiarioAREl Diario Ar25/10/20256 Views

El mayor banco de EE.UU., con seis exejecutivos en el gobierno libertario, organiza junto a otras entidades de su país el préstamo de hasta US$20.000 millones que garantizará la gestión Trump para que la Argentina pague a los bonistas en 2026. En paralelo, el Tesoro norteamericano quiere que empresas de su país exploten las minas de uranio y provean a las telecomunicaciones.

El CEO global de JP Morgan, Jamie Dimon, finaliza este viernes su vista a Buenos Aires con una cena con el presidente Javier Milei. Antes se reunió esta mañana con el ministro de Economía, Luis Caputo, que allá por los 90 trabajó cuatro años en el mayor banco norteamericano, semillero de altos funcionarios de la administración libertaria.

No por casualidad, JP Morgan eligió organizar en la Argentina una cumbre regional de negocios, con grandes empresarios de la Argentina, Brasil, Chile y ex altos funcionarios de EE.UU., la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice, y Reino Unido, el exprimer ministro Tony Blair, que ahora alterna entre lobbysta de gigantes tecnológicos como Oracle y eventual futuro interventor de paz en Palestina. Todos junto con el expresidente Mauricio Macri celebraron ayer una gala en el Teatro Colón. Milei puso de moda al país para la ultraderecha y el establishment en el mundo con su motosierra contra el Estado y su sed de desregular mercados, pero también justo este domingo se pone a prueba su popularidad entre los argentinos y, por tanto, su porvenir.

Para asegurar su continuidad en el poder, el presidente de EE.UU., Donald Trump, le dio a Milei varios apoyos. De la mano de su secretario del Tesoro de EE UU, Scott Bessent, otro hombre con pasado en Wall Street, vendió hasta US$2.000 millones en el mercado cambiario argentino para contener una devaluación que hubiese arruinado las perspectivas electorales de La Libertad Avanza (LLA). También firmó esta semana un swap (canje de monedas) de hasta US$20.000 millones que reforzará las alicaídas reservas del Banco Central cuando este quiera activarlo. Y, por último, garantizará un crédito de otros US$20.000 millones que preparan JP Morgan, Citi, Bank of America y otras entidades para que la Argentina, a su vez, use el dinero para pagarles a los bonistas en 2026.

EE.UU. tiene una línea de garantías para préstamos que se inviertan en educación. En este caso, no se usaría directamente en eso sino en pagar la deuda. Pero como el dinero es fungible, el gobierno de Milei podrá decir que lo usa en cuestiones educativas, quizás en cubrir el ajustado presupuesto universitario, mientras que utiliza lo que iba a ir a las casas de altos estudios para abonar a los bonistas. Además, podrá argumentar que si el Estado logra una ganancia financiera tomando este préstamo y recomprando su deuda, la destinará a la educación.

Pero con esa garantía de EE.UU. no basta. Dimon quiere otras dos. Una es que la Argentina le asegure que devolverá el dinero. Con Milei eso se da por descontado. Ha ajustado casi todo el gasto público en estos dos años de gestión, pero siempre dio prioridad de cobro a los acreedores. Pero la pregunta es qué pasará en 2027. Incluso qué sucedería si LLA sufre una dura derrota este domingo y tiembla la estabilidad del Gobierno. No por nada, Trump dijo que si perdían las elecciones, no sería generoso con la Argentina. Es decir, olvídense de la garantía al financiamiento.

Pero incluso si la hay, también se suelen pedir en estos casos garantías colaterales. Porque el gobierno de EE UU quiere asegurarse también de que el país deudor pague y así no tener que salir a cubrir gastos ajenos. Más en esta coyuntura en la que la oposición demócrata ha puesto en primera plana de la agenda pública norteamericana su cuestionamiento a la ayuda republicana a Milei.

El Tesoro de EE UU no suele prestar a otros países. Entre sus últimos rescates figuran el de Uruguay en su crisis de 2002 y el de México, en el efecto tequila en 1995. En aquel entonces, el gobierno del demócrata Bill Clinton le pidió al mexicano una garantía colateral: el dinero de las exportaciones de petróleo, donde la empresa estatal Pemex controla el mercado. Vaya a saber qué le pide a la Argentina, donde el campo viene reclamando que le saquen las retenciones de forma definitiva.

No como garantía, pero en paralelo, Bessent le viene reclamando a Caputo que barra con las inversiones chinas en la Argentina y ponga en su lugar a las estadounidenses. Por más que en público, el secretario sólo haya reclamado contra un eventual puerto chino en Tierra del Fuego y contra la estación de observación espacial de una empresa militar del gigante asiático en Neuquén. Pero Bessent quiere que las compañías de su país accedan al uranio argentino y provean de tecnología a las firmas de telecomunicaciones.

Hasta ahora Telecom, de los dueños de Clarín, vienen contratando a la china Huawei. En uranio, a su vez, tienen presencia la estatal Nucleoeléctrica Argentina (la de las centrales nucleares), que preside Demian Reidel, otro ex JP Morgan; Corporación América, de Eduardo Eurnekian, exempleador de Milei; la estadounidense UrAmerica y la canadiense Blue Sky Uranium.

AR/MG

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