
Hay bandas que simbolizan algo casi más poderoso que ellas mismas. Una de ellas es Cracker, la formación estadounidense salida de Ritchmond, en el Estado de Virginia, y liderada por el cantante David Lowery y el guitarrista Johnny Hickman. Como uno de esos emblemas propios de la identidad norteamericana, el grupo representa el arquetipo de banda de rock alternativo al mejor nivel, un combo repleto de sangre yanqui con auténtica actitud de resistencia y lucha. Porque escuchar a Cracker es como conducir por una carretera ancha e infinita con el viento soplando en la dirección correcta y a la búsqueda de una identidad libre de ataduras laborales y quizá alguna estupidez vital.






