
Ante la ingente oferta, escoger un buen regalo de Navidad no es tarea fácil. Los niños y adolescentes se ven influenciados por los estímulos y mensajes que reciben a través de la publicidad, los catálogos, las redes sociales, los amigos, las modas… Y los padres —y abuelos, tíos y otros familiares— se pueden llegar a sentir más abrumados que ilusionados. “Es importante que esta situación no acabe produciendo estrés o malestar en los progenitores. Nunca hay que olvidar que es una tradición para que disfruten nuestros hijos, pero también nosotros”, afirma Pilar Loma Muro, psicóloga y psicoterapeuta especializada en infantojuvenil en Consulta Psicología y Psicodrama.






