A los 90 años, murió este domingo a la madrugada la escritora, docente, investigadora especializada folklore, historiadora y académica Olga Fernández Latour de Botas. Había nacido en Buenos Aires el 27 de marzo de 1935 y era madre de tres hijos.
Cursó sus estudios universitarios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y se doctoró en Letras en la Universidad del Salvador con una tesis sobre la devoción mariana en el folklore argentino. Era miembro de la Academia Argentina de Letras (AAL, donde ocupaba el sillón n° 6, Esteban Echeverría), la Academia Nacional de la Historia, la Academia Nacional del Folklore, el Instituto Belgraniano, el Browniano y el Sanmartiniano. Presidió la ONG Ferlabó.
Publicó más de doscientos trabajos, entre libros, fascículos, introducciones y artículos, de los que se pueden mencionar Cantares históricos de la tradición argentina (1960, reeditado como Cantares históricos argentinos); Folklore y poesía argentina (1969); Prehistoria de Martín Fierro (1977); La búsqueda de la identidad nacional en la década del 30 (con Marta Susana Ruiz, 1991); Aproximación a los valores de la cultura popular tradicional (1994); Cantares históricos argentinos (2001); Bartolomé Hidalgo. Un patriota de las dos Bandas. Obra completa del primer poeta gauchi-político rioplatense. Edición crítica (2007), Léxico del pan (2007), Historias gauchescas en las fiestas mayas rioplatenses (2009), Bailes criollos rioplatenses, en colaboración con Fernando O. Assunçao y Beatriz Durante (2013), Léxico de los bailes criollos y Léxico del Tango-baile (ambos en colaboración con Teresa B. Barreto, 2012), ¡Achalay, mi Virgen! María en el folklore argentino (2014), una selección de textos de su tesis doctoral realizada y prologada por el señor Rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina, Monseñor Dr. Víctor Manuel Fernández. Algunos de sus valiosos aportes han sido digitalizados y se pueden leer en las páginas web de la AAL y la ANH.
Recuperó para la Argentina, en microfilmes que donó a la ANH, los códices lingüísticos elaborados en el siglo XVIII por misioneros jesuitas con gramáticas y vocabularios aborígenes de las parcialidades lule, tonocoté y mbya o eyiguayegis que se conservan en la Biblioteca Estense de Módena, en Italia. En la Universidad Católica Argentina, dirigió el Centro de Estudios Folklóricos “Dr. Augusto R. Cortázar”, y en la Usal, la cátedra extracurricular de Etiología Cultural Argentina “Prof. Bruno C. Jacovella”.
“Entré al folklore por la danza”, le dijo Fernández Latour de Botas al profesor Antonio Rodríguez Villar, en una entrevista con que se puede ver en YouTube. Con Carlos Dellepiane Cálcena, iniciaron en su juventud estudios sobre el folklore argentino en la sede de la AAL (en la que ambos ingresarían como académicos, décadas después). “Mi consejo es simplemente este: busquemos a los maestros, por favor, jóvenes, sigamos a los maestros”, recomendó.
Recibió el Premio Konex de Platino, el Gran Premio de Honor de la Academia del Folklore, la Palma Académica de Francia, la Pluma de Plata del PEN Club Internacional, la Medalla de la Independencia de Finlandia (por sus estudios sobre el kalevala) y el Premio José Hernández en reconocimiento a su compromiso con la cultura, entre muchas otras distinciones.
“Olga Fernández Latour de Botas creció en un ambiente familiar culto -dice el escritor y académico Antonio Requeni a LA NACION-. Su padre, Enrique Fernández Latour, funcionario de la embajada de Francia, era amigo de Borges, Macedonio Fernández y Xul Solar. Olga se inclinó por los estudios antropológicos y la cultura popular tradicional, especialmente la del medio rural rioplatense. Discípula dilecta del maestro Augusto Raúl Cortázar, cursó estudios universitarios en la UBA y en la Universidad del Salvador, en las que posteriormente sería profesora, así como en la Universidad Católica. Fue una reconocida investigadora y estudiosa de nuestro folklore; en ese sentido, uno de los trabajos más importantes fue la reunión de las investigaciones realizadas en nuestro país por el eminente filólogo Robert Lehmann-Nitsche. Dio a conocer muchos trabajos en libros y revistas especializados. Fue directora de Educación Artística de la Nación, dirigió la Escuela Nacional de Danzas Folclóricas. En la Academia Argentina de Letras cubrió el espectro de la filología y las literaturas regionales, temas en las que era insoslayable referente”.
La profesora e investigadora María Azucena Colatarci, coautora con Fernández Latour de Botas de El Árbol y la Cruz (Religiosidad y ecología), sintetiza el recuerdo de quienes fueron sus alumnos: “Brillante, querida y reconocida docente, excelente funcionaria y directora de instituciones relevantes, así como personalidad multipremiada en el país y el extranjero. De todos sus aportes destacamos, en forma muy especial, los realizados al folklore desde las perspectivas teóricas, metodológicas, docentes y aplicadas, generando proyectos de gran envergadura y dirigiendo múltiples tesis de grado y posgrado”.
“A su increíble capacidad de trabajo, minuciosidad en la investigación, talento para reconocer el punto principal en lo que estudiaba, se suman su humor, generosidad y firmeza para corregir lo que era impreciso o erróneo -señala la investigadora y académica Leonor Acuña, directora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano-. Olga estuvo presente en todo el desarrollo de los estudios argentinos sobre el folklore y conoció y trabajó con los más importantes investigadores argentinos y extranjeros que desarrollaron los estudios en el área. En ese camino, se transformó ella misma en la referente fundamental en los temas históricos, lingüísticos y literarios que constituyen nuestro folklore y nuestra identidad”.
“Olga fue una investigadora extraordinaria de los campos disciplinares concurrentes de la historia, el folklore y la literatura, una escritora e investigadora brillante, una maestra ejemplar, siempre dispusimos de su comentario, su consejo y su sugerencia -dice la investigadora y profesora Marta Susana Ruiz-. Una notable creadora, con grandes proyectos; participé con ella en el Atlas de la Cultura Tradicional Argentina (ACTA) para la escuela, una obra magnífica, y escribimos juntas La búsqueda de la identidad nacional en la década del 30, que fue distinguida con el Premio Ricardo Nacional y el Premio del Fondo Nacional de las Artes. Fui alumna de Olga y conservé siempre su amistad. Hicimos una carrera juntas como docentes y supervisoras en la Dirección Nacional de Educación Artísitca. Compartimos muchísimos proyectos y muchas ilusiones. Ha sido una estudiosa brillante y multipremiada; es un gran dolor perder a una figura intelectual y creativa como ella, valiosísima para la cultura argentina”.
Historiadores y académicos lamentaron el fallecimiento de su colega. “Conocí siendo un adolescente a la doctora Botas -cuenta el historiador Roberto Elissalde, presidente de la Academia Browniana-. Su versación, cercanía y aptitud para la docencia le hicieron formar generaciones en la Escuela Nacional de Danzas y los aportes desde las Academias de Historia, Letras, Sanmartiniana y Browniana hasta hace pocos años fueron significativos. Era querida y querible. La vamos a recordar y extrañar”.
“Fue una eminente folkloróloga, autora del insuperable libro Cantares históricos de la tradición argentina y una entusiasta difusora de los poetas populares de los tiempos de la independencia -destaca el historiador Miguel Ángel De Marco-. Era una persona brillante en todo aspecto y su labor académica fue notable”.
El presidente de la AAL, el escritor Rafael Oteriño, y la lingüista y escritora Alicia María Zorrilla, recién llegados este domingo del Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebró en Arequipa, Perú, destacaron el trabajo de Fernández Latour de Botas. “Aportó a la Academia su perfil muy singular de ser una apasionada de nuestro folklore literario. En vida, donó parte de su biblioteca a la AAL, con primeras ediciones invalorables. Olga sabía ver reflejada a la patria en la poesía, la música y la danza tradicionales”, dice Oteriño.
“Si algo caracterizaba a la académica y profesora Fernández Latour de Botas era su alegría de vivir, su cariñoso trato y su prodigiosa memoria, que compartía con todos sus colegas -concluye Zorrilla-. Más que referirnos a su muerte, debemos celebrar cada momento de su vida y aplaudir cada una de sus obras de gran saber. En ellas se refugiará nuestro recuerdo y su inmortalidad”.
Este lunes, a las 12, familiares y amigos despedirán a la profesora Olga Fernández Latour de Botas en el cementerio Parque Memorial de Pilar.