“Acompañante cognitivo”. Cómo funciona el nuevo proyecto universitario innovador con IA y contenidos académicos propios

La NaciónLa NacionSociedad27/09/20253 Views

Desde el segundo cuatrimestre de este año, la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) puso en marcha un proyecto pionero y transformador basado en Inteligencia Artificial (IA): chatbots personalizados con contenidos académicos de cada cátedra, diseñados para mejorar la experiencia de aprendizaje y centrado en las necesidades de los estudiantes.

El sistema, creado por un equipo interdisciplinario de las secretarías Académica, de Investigación y de Sistemas, permite responder preguntas, explicar conceptos clave, corregir errores, orientar a los alumnos, realizar simulaciones y evaluaciones, todo a partir de los materiales propios de cada asignatura.

“Este proyecto muestra que la IA generativa puede ser mucho más que una herramienta de consulta: se convierte en un acompañante cognitivo que estimula la reflexión crítica, potencia la creatividad y mejora la comunicación y amplía el proceso y las condiciones de enseñanza y aprendizaje en contextos universitarios”, explicó Andrés Pérez Ruffa, subsecretario académico de la FCE.

La apuesta institucional no solo busca eficiencia, sino también un nuevo modo de acompañar el aprendizaje fuera del aula. “Incluso cuando no hay interacción con el profesor, el chatbot acompaña en el estudio”, añadió Pérez Ruffa.

La iniciativa piloto por ahora abarca 20 materias de los distintos departamentos pedagógicos de la Facultad: Administración, Contabilidad, Derecho, Economía, Humanidades, Matemática, Sistemas y Tributación. El equipo técnico inició el trabajo configurando los chatbots a partir de materiales provistos por las cátedras, con criterios específicos para facilitar el procesamiento de la información y garantizar una base de conocimiento sólida.

Luego, cada cátedra recibió acceso a su propio chatbot, entrenado exclusivamente. A la par, se diseñó una propuesta de capacitación específica para los equipos docentes que participan del proyecto, orientada a explorar los usos pedagógicos de la IA generativa y a desarrollar criterios críticos para su integración en la práctica académica. Esto dio pie a diversos casos de uso innovadores que muestran la riqueza de enfoques posibles.

Entre ellos: la producción de trabajos prácticos asistidos por IA —que incluyen desde el desarrollo de aplicaciones hasta ensayos con reflexiones documentadas sobre el uso de modelos como ChatGPT, Gemini o Deepseek—; propuestas de evaluación con la IA integrada, en las que los estudiantes resuelven casos reales o debates argumentativos usando herramientas generativas como parte del proceso formativo; y aplicaciones orientadas al desarrollo profesional, como la optimización de perfiles de LinkedIn o la planificación de trayectorias laborales.

Así se ve la interfaz de

La gran ventaja que tiene el chatbot es que la información con la que responde proviene de los propios profesores, lo que disminuye las alucinaciones que en general tienen estos sistemas”, explicó Marina Parera, profesora de Administración Tributaria. Con 120 alumnos, lo incorporó como requisito en su materia: “Cada grupo trae las respuestas que obtuvo del chatbot y las discutimos en clase. El chatbot no siempre contesta lo mismo, entonces comparamos, analizamos y vemos cuál sería la respuesta más apropiada o si en algún caso alucinó”, agregó.

Puente entre la teoría y los problemas

Para Gustavo Gesualdo, profesor de Microeconomía y Política Económica: “Lo que veo con mayor impacto positivo es el diseño de trabajos específicos relacionando teorías y profundizando conceptos, acompañado de una exposición oral en conversatorio e incluyendo la reflexión crítica sobre el uso de IA”.

Y resumió: “La IA ya está convirtiéndose en un puente entre la teoría y los problemas concretos de la economía. Bien integrada, puede transformar la clase en un espacio más dinámico, donde los alumnos contrasten modelos teóricos con la realidad económica y se animen a plantear nuevas hipótesis y escenarios”.

El piloto por ahora abarca 20 materias de los distintos Departamentos de la FCE

Como parte del proceso de testeo, se propusieron cuatro tipos de pruebas: una pedagógica, para verificar la claridad, el tono motivador y el uso de ejemplos; una conceptual, destinada a explorar si el bot identifica y corrige errores comunes; una factual, orientada a asegurar que las respuestas estén alineadas con el material subido; y una de robustez, para comprobar cómo responde ante preguntas que exceden los contenidos aportados por la cátedra.

Gustavo Gesualdo, que ya experimentaba conIA en sus clases antes de que la facultad formalizara el proyecto, advirtió que la dinámica cambió: “Para los estudiantes no es lo mismo usar a escondidas una herramienta gratuita y genérica que tener un asistente oficial de su facultad, con contenidos y bibliografía validados. Eso les transmite confianza y también orgullo de ver que la institución a la que pertenecen lidera este proceso. Como docente, esto cambia la dinámica porque los alumnos sienten que forman parte de una experiencia académica innovadora, avalada por la UBA, y eso eleva tanto el compromiso como la calidad del trabajo en clase”.

Lo que antes se resolvía en consultas fragmentarias, ahora se convierte en diálogo continuo: “Esta tecnología permite recibir consultas 7×24 con respuesta inmediata, en especial antes de un examen”, señalo el profesor de Microeconomía y Política Económica

Según Parera, es una herramienta más: “El profesor sigue siendo importante, pero hoy cuesta mucho que el alumno lea un texto completo. Todo lo que lo impulse a indagar y leer, como el chatbot, contribuye y no hay que dejarlo de lado”.

Con la ayuda del chatbot especializado, los alumnos participan más en el aula, según los profesores

Docentes y estudiantes coinciden en que la herramienta abre un espacio de confianza que los anima a preguntar lo que antes callaban por vergüenza o por miedo al juicio de sus compañeros. “Se animan a hacer consultas que antes no realizaban ni al equipo docente ni a sus pares. Uno de los aspectos que más nos llamó la atención es que los alumnos nos dijeron que a veces les daba vergüenza preguntar en clase lo que sí se animaban a consultar con el chatbot”, reconoció Gesualdo. Y agregó: “Ver la cara de los alumnos cuando los invitás a usar de manera formal y transparente estas herramientas es espectacular”.

En la misma línea, su colega Parera destacó el impacto positivo en la dinámica de las clases: “La herramienta ayuda y fomenta la participación en una materia compleja”.

La experiencia también fue valorada por los estudiantes. Débora Bangueses, alumna de la FCE que cursa Microeconomía, destacó: “Mi experiencia fue buena, ya que encontré la información que necesitaba. Lo utilicé para resolver dudas que tenía respecto de algunas definiciones del contenido de los temas vistos en la bibliografía”. Y subrayó: “La ventaja es que al chatbot le puedo preguntar de otra manera lo que quizás no me animo en clase, por pensar que está mal”.

Luca Benicio Messore, también estudiante de Microeconomía, señaló: “Fue una buena experiencia, pude aclarar algunos conceptos de la materia y sacarme algunas dudas. Las ventajas que veo son que la respuesta es instantánea y además garantiza seguridad ya que se basa en el material de la cátedra”.

La experiencia piloto en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA comenzó en este segundo cuatrimestre

El proyecto recién empieza y la prudencia manda. En las pruebas iniciales se evaluó la claridad pedagógica, la precisión conceptual, la fidelidad factual y la robustez del sistema. “Recién comienza la experiencia, porque la estamos implementando este cuatrimestre, que empezó hace algo más de un mes. La idea es evaluarla al finalizar con una primera revisión”, advirtió el subsecretario.

Aunque el sesgo de alucinación se elimina casi por completo, gracias a que la base de conocimiento que se le pone a cada chatbot está armada con los materiales de la materia, todavía siguen mejorándolo. “Un ajuste muy importante que se hizo fue el prompt, para que contestara mejor, para que respondiera de otra manera. Es un diseño que se va desarrollando con el tiempo, a partir del feedback de estudiantes y docentes”, añadió Pérez Ruffa.

La próxima etapa será sumar nuevas materias, incorporar a más docentes y entrenar los chatbots para que puedan aplicarse en otros contenidos. “Nos gustaría alcanzar a cada vez más docentes y estudiantes, entendiendo que hay que incorporarlo tanto en el uso como en la enseñanza”, concluyó el subsecretario.

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