1. Por aquí, la sociedad está dividida entre quienes ya no soportan oír hablar de Gaza y quienes son incapaces de dejar de pensar en nada que no sea Gaza. Me incluyo en estos últimos, porque la magnitud de cuanto se está viviendo en esa franja de tierra a orillas del Mediterráneo, y lo que ocurre ahora en la propia Ciudad de Gaza, cuyo grado de sufrimiento no podemos ver sobre el terreno, pero podemos intuir gracias a los satélites, ha alcanzado una dimensión simbólica que parece condensar algo que tiene que ver con el destino de la humanidad.