Después de un año largo de campaña, 660.000 firmas de apoyo y dos legislaturas languideciendo en el Congreso de los Diputados, la iniciativa legislativa popular (ILP) para la regularización de personas migrantes se enfrenta a su fase final y definitiva. Los movimientos sociales que han sostenido este esfuerzo harán lo imposible por asegurar su éxito, pero puede que ni siquiera eso logre vencer la resistencia de unos partidos políticos que, en su mayoría, no han estado a la altura de la ciudadanía que representan. Sea cual sea el resultado final del proceso parlamentario, esta iniciativa liderada por colectivos migrantes, y apoyada por buena parte de la sociedad española, nos habrá transformado de un modo que no tiene marcha atrás. Solo por eso merece ya pasar a la historia.