De punta a punta, sin ceder ni un set a lo largo de toda la semana. Román Burruchaga se dio el gusto y se consagró campeón del Challenger de Buenos Aires que se celebró en el Racket de Palermo.
En el duelo decisivo del domingo, Burru, 144° del ranking, se impuso a Alex Barrena (188°) por 7-6 (7-4) y 6-3, en una hora y 43 minutos de juego. Barrena tuvo una semana formidable, en un alto nivel que llevó hasta la final, ya que dominaba por 4-0 el primer set. Pero, con paciencia, Burruchaga empezó a levantar. Punto a punto, con un tenis consistente, con variantes necesarias para desacomodar a un rival de excelentes desplazamientos y que estaba muy suelto. De a poco, achicó distancias: 0-4, 2-5, 4-5 (salvó un set-point cuando su rival sacaba 40-30) y 5-5. En el desempate, se adelantó pronto 6-1 y consiguió cerrarlo en el 7-4.
El segundo set tuvo otro ritmo; se alternaron quiebres de servicio en un par de ocasiones, hasta que el nuevo campeón logró capturar el saque de barrena en el octavo game; con su servicio, no dudó y lo cerró en el primer match-point de manera contundente, con un ace a la T.
De este modo, Burruchaga conquistó el segundo título Challenger de su carrera, tras su victoria en enero pasado en Piracicaba, en Brasil; desde luego, este certamen es el más importante, por todo lo que significa ganar en casa. En su carrera, además, tenía otras dos finales perdidas, en Zug (Suiza), en 2024, y en Brasilia, en noviembre de 2023.
El nuevo campeón, de 23 años y entrenado por Leonardo Mayer, subirá 14 puestos en el ranking, del 144° al 130°, pero todavía sin alcanzar su mejor ubicación (117°). Una curiosidad: venció a cinco argentinos en el camino hacia el título (Hernán Casanova, Andrea Collarini, Genaro Olivieri, Nicolás Kicker y Barrena), y la final, con 103 minutos de juego, fue el encuentro más largo, lo que da una idea del dominio que ejerció a lo largo de la semana en Palermo.
“Los primeros cuatro games fueron muy malos porque empecé nervioso, es la realidad, pero supe revertirlo a tiempo y sacar el primer set adelante que era importante, después pude terminar jugando muy buen tenis. Es muy lindo ganar acá, es algo muy especial. Tuve muy buenas sensaciones y en cuanto al ranking subo bastante. Voy a estar cerca del top 100, y llegar ahí es cuestión de tiempo, de seguir entrenando y hacer las cosas bien”, destacó el ganador.
Burruchaga se convirtió en el séptimo campeón argentino del Challenger de Buenos Aires, como sucesor de Francisco Comesaña, el vencedor en 2024. Además, obtuvo el 13er título en la categoría Challangers para el tenis argentino en lo que va de la temporada; el más ganador, hasta aquí, es Marco Trungelliti, que conquistó los torneos de Lyon, Tulln (Austria) y Târgu Mureș (Rumania). También fue el 440° para Argentina en este nivel del circuito mayor.
“No era un objetivo ganar aquí, pero sí es muy lindo. Si quería ganar un título era éste, con la posibilidad de hacerlo delante de mis amigos y mi familia, todo eso lo hace muy especial. Ser campeón acá no es algo que pensé. Iba partido a partido, tratando de hacer lo mejor posible ante cada rival. Fui tranquilo, nunca pensé en el domingo, ni en ganar el título, ni en la final. Estos son días que hay que disfrutarlos”, remarcó Burruchaga.
Hijo de Jorge Luis, autor de uno de los goles más importantes de la historia del fútbol argentino -el que sirvió para vencer 3-2 a Alemania en la final de México 86-, Román esta vez no pudo contar con su papá en la tribuna. “Hablo todos los días con él. Estaba en un viaje de trabajo llegando a Buenos Aires, así que no pudo venir hoy. Yo estoy contento y él también, se que se pone muy feliz por mí”, contó.
La final tuvo un incidente particular: dos espectadores que gritaban en una de las cabeceras, aparentemente vinculados con el tema de las apuestas, debieron ser expulsados por personal de seguridad del torneo. “No sé muy bien lo que pasó, pero por lo de las apuestas deportivas es algo que constantemente recibo mensajes por Instagram y mail, que te dicen de todo. Es algo con lo que convivimos todos los jugadores cuando perdemos; lo normalizamos, pero no debería ser así. Lamentable así son las cosas, no sé cuál sería la solución, pero siempre recibimos mensajes de apostadores”, remarcó Burruchaga.