En las casi 60 hectáreas de la finca Madelena, en la gran planicie del oeste de Lugo, crecen desde hace años arándanos y sospechas. Las denuncias sindicales sobre las condiciones de trabajo en esta plantación del municipio de Begonte comenzaron en 2020. Pero fue hace algo más de un año cuando agentes de la Guardia Civil e inspectores de Trabajo acabaron irrumpiendo en la propiedad y se encontraron allí a más de un centenar de hombres de origen africano recogiendo la cosecha. Estos meses de pesquisas judiciales confirman que el campo gallego se ha convertido ya en un destino más de esa ruta de explotación a la que se ven condenados en España trabajadores extranjeros desesperados e indefensos.