
Desde un club londinense del siglo XVIII quedó fijado el nombre: John Montagu, IV conde de Sandwich dio fama a un gesto práctico —poner carne fría entre pan— que ya existía en múltiples culturas. La modernidad urbana abrazó esa idea por su eficiencia: comer sin detener la actividad, sin cubiertos y en movimiento. En torno del Día del Sándwich, Buenos Aires ofrece un sinfín de propuestas de sabores que confirma su fama de plato democrático y adaptable.
De los ahumados a fuego lento a los bocados frescos y ligeros, la escena porteña cruza técnica, producto y memoria afectiva entre dos panes. A continuación, nueve propuestas bien distintas para brindar por el bocado más versátil: desde una porchetta servida en pan de masa de pizza romana hasta un bao crujiente y un falafel con hummus y tabulé que condensa una historia familiar centenaria.
Fundado por los cocineros Santiago Pérez (Casa Cavia, Orilla, Las Flores) y Calvin Daniele, Mambo sirve un sándwich de porchetta con ensalada de hierbas, aderezo de yogur y relish de pepino en pan de masa de pizza romana de fermentación lenta. Se ofrece solo en los almuerzos, ya que desde hace tres semanas tienen servicio al mediodía.

Este plato es parte de una carta rotativa con elaboraciones propias: panes, ricota, embutidos, caldos, pastas y helados. El proyecto, que abrió en julio pasado, refleja una cocina argentina contemporánea, directa y emocional, con carnes en primer plano y vegetales silvestres que completan una mirada no ornamental, de contrastes y profundidad.
¿Dónde? Malabia 820, Villa Crespo.
En la carta renovada de Tanta, El Cordon Bleu presenta milanesa de pollo rellena de jamón y queso, servida en pan ciabatta. El espíritu casero y abundante de la propuesta admite maridajes de barra: desde un Pisco Sour clásico hasta el refrescante Trujillo Ice Di, con ron añejo, té especiado y tónica. Una opción directa, pensada para un almuerzo informal o una comida al paso.
¿Dónde? Esmeralda 938, Retiro.
Inspirado en Asia, el niku bao Osaka propone un pan al vapor frito que envuelve asado braseado con pepino, encurtido de cebolla morada, cilantro y ají amarillo ahumado. Es un cruce de técnicas nikkei con materia prima local que apuesta a la dualidad crocante-suave y al picor ahumado del ají.
¿Dónde? Concepción Arenal 2913, Colegiales.
La propuesta de Liliana Helueni se basa en la tradición árabe-sefaradí con más de cien años de historia familiar, La cocina, atendida por Liliana y su hija, sostiene recetas caseras de larga data que incluyen lahmayin, kibbe, boios y platos de olla. El sándwich de falafel en pan pita tibio con cuatro croquetas de falafel bien crocantes, hummus cremoso y fresca ensalada tabulé, sintetiza esa memoria culinaria hecha a mano, con especias balanceadas y textura que alterna crocancia y untuosidad.
¿Dónde? Santiago del Estero 244, Monserrat.
Los dos sandwiches de Charqui son el pulled pork de bondiola y el pulled beef de roast beef, ambos en pan de papa con barbacoa, cebolla morada caramelizada y cheddar.

Se sirven con papas fritas y se distinguen por un proceso artesanal: rub propio que se unta y macera, y un ahumado de cinco horas con blend de maderas hasta el punto justo de cocción. Tanto el pan de papa como la salsa barbacoa son de elaboración propia, parte de una identidad que prioriza humo, textura y dulzor equilibrado.
¿Dónde? Bonpland 2275, Palermo.
Con mirada rioplatense, Áncora ofrece un club sandwich de pollo grillado, tomate, lechuga, queso fundido, jamón cocido y panceta crocante, en pan tostado y con papas doradas. El chivito homenajea al clásico uruguayo: ojo de bife jugoso, lechuga, tomate, jamón, panceta, queso fundido, huevo y mayonesa casera. La filosofía del lugar —técnica, producto y versatilidad— acompaña desayunos, almuerzos, cenas y servicio al cuarto, con una vista privilegiada del nuevo Puerto Retiro.
¿Dónde? Comodoro Pedro Zanni 351, Retiro
Ícono porteño con más de un siglo de historia, Las Violetas mantiene sándwiches de miga elaborados en el día, con pan artesanal sin corteza y rellenos generosos preparados al momento. Entre las combinaciones clásicas se cuentan los triples de roquefort y jamón y el distintivo de alcaucil, receta exclusiva de la casa. En salones de vitrales, mármoles y boiseries, cada bocado condensa una costumbre arraigada: frescura, equilibrio y una precisión que busca homogeneidad capa por capa.
¿Dónde? Av. Rivadavia 3899, Almagro.
En la terraza de Foga, los “entre panes” llevan la impronta del ahumador de doble cámara y panes artesanales. El Brisket, en pan inglés, suma coleslaw, pepinillos encurtidos y ali oli de morrón; el Campo FOGA, en pan de campo, combina brisket ahumado, cebolla encurtida y salsa criolla de la casa. Las cocciones a baja temperatura apuntan a fibras melosas y humo presente, pero controlado, con frescura y acidez que limpian el paladar entre bocados.
¿Dónde? Honduras 5098, Palermo






