El caso “Retrato de dama”: se designaron los peritos que deben establecer quién pintó el cuadro

La NaciónCulturaLa Nacion23/10/20256 Views

MAR DEL PLATA.- Dos peritos, elegidos entre expertos de la Academia Nacional de Bellas Artes, fueron designados por la Justicia para analizar la obra conocida como Retrato de dama, denunciada como robada por fuerzas nazis a un galerista holandés durante la Segunda Guerra Mundial y que se recuperó hace poco más de un mes, cuando se la detectó en un aviso inmobiliario de la propiedad que pertenece a Patricia, una de las hijas del jerarca nazi Friedrich Kadgien.

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La causa que se tramita en tribunales federales de esta ciudad tiene como acusados a Patricia Kadgien y su marido, Juan Carlos Cortegoso, ambos en libertad pero con prohibición de salir del país. Para ausentarse de su domicilio deben pedir autorización previa a un juez de Garantías.

El caso tuvo resonancia internacional no solo por el origen de la pieza, de casi un metro y medio de alto por uno de ancho que data de mediados del siglo XIX, sino por las circunstancias de su hallazgo: Peter Schouten, corresponsal del medio Algemeen Dagblad de Países Bajos, la detectó en una publicación digital de venta de la casa.

La historia se enmarañó más cuando, a partir de la investigación judicial, el fiscal Carlos Martínez logró una orden de allanamiento sobre ese chalet del barrio Parque Luro. Allí los recibió Kadgien, pero el cuadro había desaparecido. En su lugar, sobre una pared del living donde lucía en aquel aviso inmobiliario, había un tapiz.

El Ministerio Público, que se llevó de ese inmueble otros elementos de interés para la causa, avanzó con pedidos de allanamiento de otros inmuebles vinculados a la familia y la orden de detención del matrimonio, que se ejecutó en su propio domicilio. Poco después apareció la obra de arte: la llevó el abogado de los imputados a la sede de la fiscalía federal, intacta y envuelta con una manta de cama.

Hace un mes, el juez Santiago Inchausti, al frente de este proceso, ordenó el traslado del retrato a la sede metropolitana de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que desde entonces se encarga de la conservación y custodia de la obra, atribuida a Giuseppe Ghislandi, un artista que vivió a mediados del siglo XIX.

Entregaron el cuadro,

Todo indicaría que la mujer que aparece insinuada por su pincel y pinturas es la condesa Colleoni. Otra versión que circuló en medios periodísticos y que no tiene presencia en el expediente judicial no descarta que pueda ser obra de otro artista.

Confirmar su originalidad es la misión que tendrán por delante los responsables de los peritajes. La justicia ya los ha confirmado y sus nombres se mantienen en reserva. Solo se anticipó a LA NACION que son “verdaderos expertos” y que ambos están esperando que la Corte Suprema de Justicia les defina un espacio físico para comenzar a trabajar.

“La justicia se encargará de difundir sus nombres”, señalaron a LA NACION fuentes de la Academia Nacional de Bellas Artes. Todo indicaría que los peritajes se llevarían adelante en el ámbito físico del Museo de la Corte Suprema de la Nación, donde estarían dadas las condiciones de espacio y también de seguridad que requiere la misión.

Retrato de dama figura en el listado de obras robadas al galerista Jacques Goudstikker a fines de la década del 40, cuando el ejército nazi irrumpió en tierras holandesas. En este caso cometieron un saqueo entre una colección de casi un millar de piezas de arte. Así consta en un detalle que también dispone la Agencia de Patrimonio Cultural de Países Bajos.

Friedrich Kadgien, padre de Patricia y Alicia, se desempeñaba por entonces como un cercano colaborador del Tercer Reich con experiencia notable en finanzas. Se lo vincula en varios escritos históricos con este episodio reiterado de robo de obras de arte. A comienzos de la década del 50 llegó a Brasil y luego a Argentina, donde se lo inscribió en Migraciones como Federico Kadgien. Murió en la Argentina a fines de la década del 80.

El allanamiento en el domicilio de Patricia también permitió secuestrar otros grabados y dibujos que datan de fines del siglo XIX y mediados del siglo XX, algunos de ellos con referencias al período de la Segunda Guerra Mundial. Esas piezas también serán objetivo de los peritos de la Academia Nacional de Bellas Artes, ahora al servicio de la justicia federal.

A diferencia de Retrato de dama, los peritajes sobre los otros dibujos, grabados y pinturas secuestrados en domicilios de las hermanas Kadgien se realizarían en el Departamento de Arte de Interpol, en Capital Federal.

La misma responsabilidad tendrán sobre un par de retratos que se obtuvieron durante la requisa de un inmueble del barrio La Florida, en el extremo noroeste de la ciudad, que pertenece a Alicia Kadgien. Su representante legal se presentó en la causa y remarcó que corresponden a otras que se hicieron sobre algunos antepasados de la familia, también a mediados del siglo XIX.

Kadgien y Cortegoso están acusados de encubrimiento de robo agravado en contexto de genocidio, que implica que no prescribe el delito a pesar de que transcurrieron más de 80 años. En audiencia de imputación se les informó que no podrán ausentarse de la ciudad sin aviso ni permiso del juez. Para evitar su salida al exterior debieron dejar en tribunales sus pasaportes.

El matrimonio ya hizo uso de estas condiciones. Hace pocas semanas consiguieron que se les permitiera un viaje al sur del país. Antes de fin de año repetirán la experiencia, esta vez para participar de un evento familiar en Bariloche, según pudo saber LA NACION.

Una heredera de Goudstikker que reside en Estados Unidos reclama la restitución de Retrato de dama. Había logrado similar objetivo con otros cuadros que pertenecieron al galerista, también robados por las fuerzas militares nazis. Pero en ningún caso había encontrado la resistencia que opuso Kadgien, que primero ocultó la obra, luego la entregó a la Justicia pero a la par presentó un planteo en tribunales ordinarios para retenerla como un bien de su familia que recibió por herencia.

Quien reclama la devolución de esta pieza de arte ya dio señales ante la Justicia Federal de Mar del Plata. Primero, con un representante legal, estableció comunicación vía zoom para manifestar su intención de que el cuadro vuelva a manos de la familia del dueño original. Luego se acercaron a la fiscalía de esta ciudad dos abogados de la ciudad de Buenos Aires que, en representación de la heredera, anticiparon que se van a presentar en la causa judicial como querellantes.

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