El president Salvador Illa ha tenido que pilotar su primer año de mandato con el lastre de no tener presupuestos por exigencias de sus socios. Y este año, vuelven a planear nubarrones. Esquerra ha reiterado de forma insistente de que no negociará las cuentas hasta que no haya avances significativos en la financiación singular y el Govern reconoció ayer la relación causa-efecto. La consejera portavoz Sílvia Paneque admitió la secuencia con la salvedad de que subrayó que para iniciar las conversaciones no hace falta que el pacto de financiación esté cerrado. Los comunes reiteraron que no negociarán si el Ejecutivo no hace cumplir la Ley de la Vivienda y las sanciones a quienes incumplan la ley. El Govern da por hecho también de que el 1 de enero, igual que hace un año, tampoco estarán listas las cuentas.