A lo largo de los mandatos de la administración Trump, se ejerció una presión sobre el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Durante su primera gestión, impuso sanciones económicas en el país para debilitar al gobierno venezolano, que no funcionaron. En la gestión iniciada en 2025, implementó una nueva estrategia menos directa que incluye una lucha contra los carteles de narcotráfico.
En este segundo intento por debilitar al dirigente venezolano, Trump enfatizó las acusaciones que refieren a Maduro como narcotraficante y un criminal peligroso. A principios de agosto, el secretario de Estado, Marco Rubio, anunció una recompensa de US$ 50 millones por todo tipo de información que conduzca a su arresto.
“El Departamento de Estado y el Departamento de Justicia están anunciando un aumento de hasta US$50 millones en la oferta de recompensa por información que conduzca al arresto y/o condena de Nicolás Maduro”, recita el comunicado del Departamento de Estado. “Durante más de una década, ha liderado el Cártel de los Soles, responsable del tráfico de drogas hacia Estados Unidos”.
Tras este anuncio, el Departamento de Defensa ordenó el despliegue de sus fuerzas aéreas y navales en el sur del mar Caribe para combatir a los cárteles del narcotráfico. Desde ese momento, se han destruido al menos cinco embarcaciones pequeñas desde Venezuela.
“Nuestra inteligencia, sin lugar a dudas, confirmó que este buque traficaba narcóticos, que las personas a bordo eran narcoterroristas y que operaban en una ruta de tránsito conocida por el narcotráfico. ¡Estas ofensivas continuarán hasta que terminen los ataques contra el pueblo estadounidense!“, expresó el Secretario de Guerra Pete Hegseth en su cuenta de X sobre el último ataque perpetrado contra un buque.
Con estas ofensivas, la administración Trump busca forzar la salida del régimen como parte de la lucha continua de Trump contra los cárteles de la droga, sin etiquetarla de manera oficial como “cambio de régimen”, según consignó Politico.
“¿A todos les gustaría que Maduro se fuera? Sí”, dijo un funcionario de la administración Trump en el medio citado. “Vamos a ejercer una enorme presión sobre él. Es débil. Es muy posible que caiga por esta presión sin que tengamos que hacer nada”, de forma más directa”.
Un informe de El País estipuló que desde el régimen venezolano ven inviable una salida propia de Nicolás Maduro. En ese sentido, el dirigente está a la espera que Trump dude y no mande a atacar a Venezuela.
“Maduro ya prácticamente no tiene otro destino que resistir lo que sea y esperar que Trump dude. No se va a ningún lado, eso seguro”, insisten desde su entorno, según consignó el medio español. “Ya lo decidió, no se va a ir. Ahora le toca mover ficha a Trump”.
Nicolás Maduro se presentó en un acto público el pasado 12 de octubre por el “Día de la Raza”, bautizado por el chavismo como el “Día de la Resistencia Indígena”. Con un plumaje sobre su cabeza y un arma indígena al hombro, sostuvo que Venezuela no sería “esclavo” de Estados Unidos e hizo un ataque indirecto contra la dirigente opositora María Corina Machado luego de ganar el Premio Nobel de la Paz.
“Queremos paz, y la tendremos, pero paz con libertad, con soberanía, independencia e igualdad. No la paz de las ruinas de Gaza ni la paz de la muerte”, sostuvo el presidente desde un evento en Caracas, la capital de Venezuela.