Kaley Chiles es una terapeuta de Colorado que trata a menudo a menores en su consulta. También es una cristiana evangélica, y le gustaría poder ofrecer sus servicios a los adolescentes que llegan con dudas sobre su orientación sexual o su identidad de género, pero una ley estatal prohíbe hacerlo a los médicos con licencia y los profesionales de la salud mental. Chiles considera que esa norma ataca su derecho a la libertad de expresión, y por eso ha llevado su caso hasta el Tribunal Supremo, cuyos nueve magistrados escucharon esos argumentos de boca de su abogado en la primera audiencia de gran impacto mediático del nuevo curso judicial.