El tren que unía Buenos Aires con Bahía Blanca, uno de los servicios de larga distancia más emblemáticos del país, quedó suspendido por tiempo indefinido. La decisión fue confirmada desde Trenes Argentinos a LA NACION y se fundamenta en razones de seguridad operativa.
El servicio había sido interrumpido en marzo de 2023 tras un descarrilamiento en Olavarría, y la empresa concesionaria de cargas, Ferro Expreso Pampeano (FEPSA), concluyó luego de un relevamiento que no podía garantizar las condiciones necesarias para la circulación segura de trenes de pasajeros en ese tramo.
El recorrido formaba parte de la línea Roca y unía la estación Constitución con Bahía Blanca Sud, declarada monumento histórico nacional. En julio de este año se resolvió el cierre definitivo de esa terminal, que permanece bajo custodia policial, pero la suspensión del servicio ferroviario continúa vigente de manera indefinida, sin que se haya dispuesto su cierre formal.
Desde Trenes Argentinos explicaron a LA NACION que la reanudación del trayecto dependerá de la aprobación de FEPSA sobre la circulación de trenes de pasajeros por los sectores del tendido que administra la empresa de cargas.
El ramal Buenos Aires–Bahía Blanca se suspendió el 21 de marzo de 2023, tras un descarrilamiento en la zona de Olavarría, y desde entonces permanece sin funcionamiento. La medida se mantuvo en el marco de la emergencia ferroviaria nacional, declarada tras el deterioro general del sistema y la necesidad de revisar las condiciones de seguridad operativa. La suspensión implicó además la pérdida de al menos 17 puestos de trabajo de personal operativo y de mantenimiento que se desempeñaba en el trayecto.
La interrupción del tren a Bahía Blanca deja sin conexión ferroviaria directa a decenas de localidades del sur bonaerense, entre ellas Azul, Olavarría y Coronel Dorrego, para las cuales el tren representaba la alternativa más accesible frente a los servicios de larga distancia en micro. Actualmente, el recorrido entre la ciudad de Buenos Aires y Bahía Blanca puede realizarse por la Ruta Nacional 3, con un trayecto de unos 630 kilómetros y una duración promedio de ocho horas en vehículo particular o micro de larga distancia.
La suspensión del servicio Buenos Aires–Bahía Blanca deja sin conexión ferroviaria directa a las estaciones Monte, Las Flores, Cacharí, Azul, Olavarría, General La Madrid, Coronel Suárez, Pigüé, Saavedra, Tornquist y Bahía Blanca Sud. Todas formaban parte del recorrido de la línea Roca que unía la ciudad de Buenos Aires con el sur bonaerense y permanecen inactivas desde marzo de 2023, cuando se interrumpió la circulación de trenes de pasajeros en ese corredor.
La suspensión del ramal Buenos Aires–Bahía Blanca se suma a otros servicios de larga distancia que permanecen interrumpidos en distintos puntos del país. Entre ellos, los trenes que conectaban Buenos Aires con Córdoba y con Tucumán, suspendidos desde fines de septiembre de 2025 por decisión de la empresa Nuevo Central Argentino (NCA) ante la necesidad de relevar el estado de las vías. La medida se enmarca en la emergencia ferroviaria nacional y responde al deterioro de la infraestructura, que impide garantizar condiciones seguras de circulación.
La situación se agravó tras el descarrilamiento ocurrido en septiembre en Santiago del Estero, en el tramo Tucumán–Buenos Aires, que encendió nuevas alertas dentro del sistema y derivó en auditorías sobre los recorridos de larga distancia. En paralelo, NCA informó la realización de inspecciones técnicas en su red concesionada por problemas de mantenimiento, lo que también afectó a los servicios que parten desde Retiro hacia el norte del país.
En el caso del ramal a Bahía Blanca, la suspensión se originó durante la gestión anterior y se mantuvo tras confirmarse que la adecuación del tendido excede las competencias de Trenes Argentinos. La empresa estatal no puede intervenir directamente en los tramos concesionados a FEPSA, que es responsable del mantenimiento de la vía por donde también circulan trenes de carga. “Hasta que la concesionaria no apruebe la circulación de trenes de pasajeros, el servicio permanecerá inactivo”, expresaron desde Trenes Argentinos a este medio.
El municipio de Olavarría fue el único que presentó un reclamo formal ante Trenes Argentinos solicitando la restitución del servicio. La estación Bahía Blanca Sud, por su parte, fue clausurada definitivamente en julio y los terrenos ferroviarios adyacentes fueron desafectados de uso. Más de 50.000 metros cuadrados pertenecientes a la estación Barrow, en Tres Arroyos, también fueron transferidos a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) para su futura venta.
La emergencia ferroviaria, decretada en junio de 2024, abarca toda la red nacional y busca revisar el estado operativo de los servicios activos y suspendidos. Según los informes difundidos por Trenes Argentinos y las empresas concesionarias, los relevamientos detectaron tramos con deterioro de infraestructura, señalización obsoleta y sectores donde la velocidad debía reducirse por debajo de los límites operativos seguros. Esas condiciones, indicaron, impedían garantizar una prestación normal de los trenes de pasajeros.
Desde el gremio La Fraternidad advirtieron que las suspensiones podrían derivar en cierres definitivos de ramales. A principios de octubre, la organización emitió un comunicado donde enumeró los servicios ya suprimidos, entre ellos el de Bahía Blanca, y expresó su preocupación por el impacto de la medida en el sistema ferroviario y en las economías regionales. En respuesta, el Ministerio de Capital Humano sostuvo que la prioridad es “garantizar la seguridad y revisar las condiciones técnicas antes de reanudar los servicios”.
Mientras tanto, Bahía Blanca y las ciudades intermedias permanecen sin conexión ferroviaria de pasajeros. El tren, que había sido uno de los medios de transporte más accesibles para los habitantes del sur bonaerense, se suma a una lista cada vez más extensa de recorridos que dejaron de operar. Con cada suspensión, el mapa ferroviario argentino se reduce un poco más, a la espera de definiciones sobre si los ramales cerrados podrán reactivarse o si su historia quedará definitivamente en pausa.
Ariel Scolari, reconocido en la ciudad por su trayectoria como basquetbolista, también es un ferviente aficionado al ferrocarril. En diálogo con LA NACION, repasó el papel que tuvo el tren en el desarrollo local y advirtió sobre el estado actual de la infraestructura.
“El ferrocarril de pasajeros llegó en 1884 a Bahía Blanca —recordó—. Fue el motor de la ciudad y de toda la región. Bahía fue y sigue siendo un nudo ferroviario donde convergen seis ramales hacia distintos puntos del país”.
Según explicó, la estación Bahía Blanca Sud “supo ser un hormiguero de gente con pasajeros hacia múltiples destinos”, pero en los últimos años el movimiento se redujo drásticamente. “En el último tiempo apenas había dos servicios semanales con una duración del viaje a Plaza Constitución de 19 horas —dijo—. Una vergüenza, cuando en la época de los trenes a vapor el trayecto tardaba algo más de ocho”.
Scolari señaló que las vías “ya no están en condiciones para correr trenes a la velocidad que requieren los tiempos actuales” y atribuyó el deterioro a la falta de inversión en los tramos concesionados. “Las empresas privadas FEPSA y Ferrosur Roca no hicieron las inversiones necesarias para mantener las velocidades que antes permitía la vía —explicó—. Antes se podía circular a casi 100 kilómetros por hora y hoy, en algunos tramos, apenas llega a 40 o menos”.
Sobre la posibilidad de que el servicio se reactive, fue tajante: “En estas condiciones el tren de pasajeros no creo que regrese. Las privadas dicen que no pueden hacer inversiones para recuperar la vía y el Estado no quiere hacer las inversiones que requiere este servicio”.