Hay manchas, como las del sudor o las del desodorante, que parecen imposibles de quitar y que aparecen con frecuencia en nuestra ropa. Esa camiseta blanca que usamos a diario, la camisa que llevamos al trabajo o incluso nuestras prendas favoritas de color pueden verse afectadas, y no importa cuántas veces las lavemos, la lavadora por sí sola rara vez logra devolverles su frescura y luminosidad original.