
En la ciudad ucrania de Pokrovsk, en territorio de la provincia de Donetsk todavía bajo control de Kiev, se libra una cruenta batalla terrestre, probablemente decisiva para la evolución de la guerra de desgaste entre Ucrania y Rusia. Lenta pero persistentemente están avanzando las tropas rusas en todo el frente, en especial en esta zona de Donbás, con el objetivo de completar el control de esta cuenca, cuya soberanía reivindica Putin como condición previa a cualquier negociación para un alto el fuego. Una vez fracasado el teatro diplomático organizado por Donald Trump, primero en la cita de agosto en Alaska y luego con la cumbre anulada que debía celebrarse en Budapest, el presidente ruso se dispone a ampliar su ventaja territorial.






