
Tiene la mirada triste. Las manos inquietas se mueven sin descanso, como si sus dedos fueran a tropezar entre ellos. Estos últimos meses han sido difíciles para Miguel Asensi Bou, que ha tenido que volver a tomar tres pastillas para la ansiedad cada día. El valenciano, nacido y criado en Alfafar, ya no puede vivir allí. Su salud empeora cuando llega la temporada de lluvias a este pueblo valenciano que fue azotado por la riada. Solo comienza a sentirse él mismo cuando va a Ciudad Real a vivir con su hijo. En la ciudad manchega puede salir a pasear, juega en la plaza con sus nietos y los recoge del colegio. En Alfafar lo intenta. Se dice a sí mismo que puede, aunque cuando abre la puerta y ve la casa de enfrente, donde falleció su madre el 29 de octubre de 2024, se le viene todo encima y tiene que volver dentro. Los casos de estrés agudo y postraumático en las zonas afectadas por la dana han crecido un 170% en el último año, según aseguró la Conselleria de Sanidad en octubre. La única solución para algunos de sus habitantes es dejar su hogar en un intento por olvidar el trauma.




