Durante la etapa en la que fue secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Ábalos dejó el grueso de sus finanzas en seis manos: las de quien era su asesor, Koldo García; la entonces mujer de este, Patricia Uriz; y su propio hijo, Víctor Ábalos. Los tres eran, según la Guardia Civil, los “custodios” del dinero del entonces ministro.