El desarrollo ferroviario de Valladolid ha entrado en vía muerta. Las trabas del Ayuntamiento (PP y Vox) al plan de integración de la infraestructura del tren acordado anteriormente con el Ministerio de Transportes han provocado que el ministro, el exalcalde vallisoletano Óscar Puente (PSOE), se retire del pulso: “Ni integración ni soterramiento, aquí termina esta historia”. La integración se firmó en 2017 con Puente en el Ayuntamiento, el PP en la Junta y el popular Mariano Rajoy en el Gobierno, pero desde 2023 el actual regidor, Jesús Julio Carnero (PP), clama por un soterramiento completo “inviable” para el ministerio. Este empeño ha provocado que el consistorio deje sin su parte de financiación a la Sociedad Valladolid Alta Velocidad (SVAV), formada para la integración ferroviaria, y ralentice o niegue pasos ya proyectados o con fondos. Puente entiende que la SVAV queda anulada por el desinterés del socio local e insta a disolverla, lo cual paralizaría el desarrollo pucelano en torno al tren y endosaría a sus arcas municipales buena parte de una deuda superior a 400 millones de euros, suma similar a su presupuesto anual.