
Ubicado en la Glorieta de Bilbao, frente al emblemático Café Comercial, el quiosco de Rafael Martín se erige como una pequeña isla circular flanqueada por periódicos, revistas, películas, vinilos para los más melómanos e incluso muñecos de futbolín. A sus 58 años, Martín representa la tercera generación de una familia que lleva vinculada a la prensa desde hace casi un siglo y suyo es uno de los apenas 300 quioscos que siguen abiertos en la capital. “Antes la venta era ambulante, con una banqueta, una mesita y a veces ni eso, sino con el montón de periódicos en el suelo. Se voceaba en la boca de metro”, recuerda desde el establecimiento que regenta su familia desde 1979 y en el que empezó a trabajar con 15 años. Tras toda una vida detrás del mostrador se pregunta qué pasará el 15 de septiembre de 2029, fecha aún lejana pero que se encuentra marcada en rojo en el calendario de los quiosqueros madrileños. Será entonces cuando expiren más de 200 concesiones municipales de prensa.






