Miquel Raïch (Sant Joan Despí, Barcelona, 38 años) considera que las escuelas deberían enseñar primeros auxilios, que el transporte público debería ser más silencioso, que el catalán tiene que promocionarse en los entornos digitales y que Cataluña requiere de una ley de transparencia algorítmica. De todo ello, y mucho más, pretende que se debata en la Comisión de Peticiones del Parlament de Cataluña, donde una de cada cuatro propuestas ciudadanas registradas desde 2022 lleva su firma. En los últimos tres años ha presentado 31 propuestas, más que nadie, pero sigue sin respuestas porque el órgano que despacha las peticiones ciudadanas apenas ha celebrado con normalidad tres sesiones en dos años. “Si los diputados pueden vivir tranquilos sabiendo que hay peticiones acumuladas desde hace años, será que esta Comisión no les interesa”, lamenta Raïch, matemático de formación.