
Ni Paulo Medina ni Hugo Rodrigues se hicieron bomberos para esto. Lo que desean hacer bomberos como Medina y Rodrigues es apagar fuegos. Lo que también hacen cada vez con más frecuencia es gestionar partos en ambulancias. “La vida no espera”, repite a modo de mantra Pedro Ferreira, el comandante de bomberos de Moita, a unos 40 kilómetros de Lisboa. Los alumbramientos ocurridos en camillas de las ambulancias de la localidad de 70.000 habitantes, en la margen sur del estuario del Tajo, han acabado en fotos luminosas en Facebook, pero el comandante Ferreira se pregunta qué pasará el día que un parto se tuerza y no haya nada que celebrar.





